Las enfermedades parasitarias afectan especialmente a las poblaciones más pobres del mundo. Con un millón de víctimas al año, la malaria es una de las más extendidas y graves del planeta; se transmite por la picadura de mosquitos del tipo Anopheles. La farmacóloga china ayer reconocida con el Nobel dio un nuevo impulso a la lucha contra esta enfermedad gracias al descubrimiento de la artemisinina. Este medicamento ha permitido reducir la mortalidad en más del 20%, lo que se traduce en al menos 100.000 vidas salvadas cada año.
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