25 de abril 2017 - 22:20

Le Pen salió a dar pelea y atacó al “viejo y podrido frente republicano”

Se anticipó a su rival centrista y salió a hacer campaña en un mercado del norte de Francia. Busca mostrarse cercana al votante común y polarizar con el grueso de la desgastada clase dirigente.

¿Optimista?. La ultraderechista Marine Le Pen no muestra dudas sobre sus posibilidades de ganar la segunda vuelta presidencial. Confía en el rechazo de las clases populares a la élite y desafía todos los pronósticos.
¿Optimista?. La ultraderechista Marine Le Pen no muestra dudas sobre sus posibilidades de ganar la segunda vuelta presidencial. Confía en el rechazo de las clases populares a la élite y desafía todos los pronósticos.
París - Decidida a hacer su mayor esfuerzo por torcer los augurios de las encuestadoras para la segunda vuelta presidencial del 7 de mayo, la candidata de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, lanzó ayer una agresiva campaña en la que pretende confrontar contra la "vieja" clase política republicana que se unirá en su contra.

"El pueblo contra le élite", fue el concepto. Un día después del primer turno de las presidenciales, la líder del Frente Nacional volvió a la carga desde un mercado en el norte de Francia para mostrarse cerca de la gente común.

Marine Le Pen fustigó ayer "al viejo frente republicano, completamente podrido, que nadie quiere más, que los franceses expulsaron con una violencia poco común y que ahora busca unirse con Macron. Mucho mejor".

Se mostró una vez más como la candidata "del pueblo", contraponiendo su imagen a la de su joven adversario liberal, el exbanquero Emmanuel Macron, amigo de la eurozona y de la globalización.

El candidato del Movimiento ¡En Marcha! "no tiene un proyecto para proteger a los franceses del terrorismo", disparó Le Pen, vestida de oscuro, entre los bancos del mercado de Rouvroy, mientras la seguía un ejército de periodistas.

La candidata del Frente Nacional retomó más tarde el camino a París, donde se recluyó en su cuartel general del Faubourg Saint-Honoré, no lejos del palacio presidencial del Elíseo, con la excepción de una rápida visita a la peluquería después de la difícil noche del domingo entre festejos en el feudo de Henin-Beaumont.

La prioridad fue delinear la estrategia para los próximos quince días antes del balotaje del 7 de mayo. Las encuestas la muestran veinte puntos por debajo de su rival, escenario ante el cual apuntará a fidelizar a los electores "soberanistas" y, a la vez, atraer a "neogaullistas" (votantes del conservador François Fillon) u hasta a electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, el único de los candidatos principales que se niega a respaldar a Macron.

Le Pen habló poco ayer de su deseo de romper con la Unión Europea. Sobre todo aludió la inexperiencia del desafiante de 39 años para responder al terrorismo.

Para ella, en esa materia, Macron "es un poco debilucho" y esto es "bastante inquietante".

En cuanto a los resultados del domingo, que la ubicaron en el segundo puesto después que los sondeos la dieran durante meses en el primer lugar, no hubo tiempo para "ninguna desilusión". En ese sentido, ponderó el avance en votos del FN y, sobre todo, el gran despliegue territorial que exhibió (ver página 17).

Entre los que ya solicitaron el voto para Macron están la formación conservadora Los Republicanos y el Partido Socialista, cuyos candidatos, Fillon y Benoît Hamon, respectivamente quedaron en tercer y quinto lugar.

Finalmente, Macron se impuso con el 24,01% contra 21,3% de Le Pen. Más atrás quedaron Fillon (20%) y Mélenchon (19,58%).

Agencias EFE y ANSA,


y Ámbito Financiero

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