Las cosas deben estar peor de lo que parecen, o al menos así las ven en la Reserva Federal, pero esto no parece importarle demasiado a quienes depositan su dinero en inversiones de riesgo. Es que, en contra de lo que esperaban muchos, el Comité Abierto decidió mantener vigente el fraseo de "tiempo considerable" (referido al lapso para mantener tasas bajas tras finalizar el "tapering") aunque, tal vez para balancear las cosas, adelantó al mes que viene la finalización de su programa de recompra de títulos. Como suele ocurrir en estos tiempos en que "lo malo para la economía" es una "buena noticia para el mercado financiero", las acciones que se movieron prácticamente sin cambios hasta las dos de la tarde (en ese momento los tres grandes índices accionarios de Wall Street se deslizaban del lado perdedor), tomaron un claro camino alcista a partir de la difusión del comunicado y las palabras "aclaratorias" de la presidente de la Fed. A pesar de una "agachada" en los últimos cuarenta y cinco minutos de operaciones y con unas magra ganancia del 0,15%, esto permitió al Dow finalizar en un nuevo máximo histórico de 17.156,85 puntos. Algo más consistente fue la reacción de la tasa de los treasuries a 10 años, que de oscilar en torno del 2,57% anual en "preanuncio", finalizó la sesión en un 2,6% anual, quedando prácticamente sin cambios en las últimas cuatro ruedas. Pero más que en las acciones o los bonos donde pareció concentrarse la acción de los inversores, a gusto o más probablemente a disgusto de Janet Yellen, fue en el mercado de cambios.
Allí, si bien retrocedió ante el euro y avanzó ante el yen, el dólar marco el máximo de los últimos 14 meses frente a canasta de las principales monedas, con una seguidilla revaluatoria (9 semanas) que hace 17 años no veíamos. Esta fortaleza explica en parte el 0,95% que retrocedió el precio del petróleo (el WTI en u$s 93,98 por barril) y el 1,09% que desanduvo el precio de la onza de oro (u$s 1.226,6). Casi cerrando un círculo, la fortaleza del dólar y la baja del costo de la energía, terminan dando razones para que por primera vez en 16 meses la variación de los precios al consumidor fuera negativa en agosto. Y esto seguro que no es una buena señal.
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