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Lo que se dice en las mesas

Desde Nueva York un operador de mercados emergentes aportó imágenes extraídas del sitio «businessinsider.com». En las mismas se muestra cómo marchan los «indignados» contra los bancos, pero desde el primer piso del Cipriani Club en el 55 de Wall Street, brindan con champán y en algunos casos se mofan de los manifestantes. El coeficiente Gini, que mide la distribución del ingreso, explotó.
En medio de este clima de subibaja, hubo tiempo para eventos importantes. El miércoles en el salón Fortabat, Reuters organizó para sus clientes un foro económico en el que se habló de las perspectivas de la Argentina para 2012 y la crisis griega. Primero el clásico desayuno. Luego desfilaron Martín Redrado, Fabián Perechodnik (Poliarquía) y Javier Finkman (HSBC) entre otros. Paradójicamente lo que llamó la atención a operadores fue la familiaridad con que Redrado se refería a los funcionarios de EE.UU. y Europa que los pronósticos en sí. Así, se refería sin mencionar el apellido a «Ben», «Tim», «Jean-Claude» (por Bernanke, Geithner y Trichet). Algunos operadores que ya habían presenciado otras exposiciones de Redrado recordaban que en una oportunidad, en una asamblea de Felaban, los bancos de Latinoamérica, dijo: «Mi par, Alan Greenspan...». Redrado pintó una situación delicada en el mercado cambiario tras comicios. Otra cumbre de «meseros» se dio anoche en el evento del Standard Bank y Standard Investment en el que festejaron en un local de sushi de la zona de Retiro, haber llegado al «top 3» del ránking al alcanzar 2.000 millones bajo administración en los Fondos Alpha.
Si bien se alejaron los temores relacionados al tipo de cambio en el corto plazo, los temores a la devaluación continúa latente. Esto se nota especialmente en la cotización en pesos de los bonos y en la del cupón PBI. En el caso de los títulos que ajustan por CER, por ejemplo, la tasa ya asciende al 17%. Si se suma el efecto de la inflación, el rendimiento de papeles como el Bogar 2018 ya supera el 26%. El mercado ya descontó hace rato la manipulación de los índices de inflación y por eso castigó a los bonos que ajustan según la evolución de los precios. Pero ahora cayeron un par de escalones adicionales. Sucede que si la suba del dólar apunta a ser mayor, entonces el premio exigido por una inversión en pesos debe ser todavía más alta. Los inversores reclamaban un rendimiento de hasta un 21% en los papeles en moneda local, pero ahora exigen más de cinco puntos adicionales. También el cupón en pesos ofrece un premio mucho mayor: los que lo compren ahora pueden recuperar el 100% de la inversión a fines de 2012, es decir en apenas 15 meses. Claro que al final habrá que restarle el efecto de la devaluación que se producirá en este período. En cambio, el cupón en dólares devuelve alrededor del 75% a fines del año que viene.
El deterioro de los bonos en dólares también es notorio, pero no obstante la demanda es muy baja, no sólo de los inversores extranjeros, sino también locales. El temor no pasa tanto por el peligro de que la Argentina no pague, como sucedió en el arranque de 2009, sino por un deterioro mayor en la deuda de los países europeos. «No es sólo un tema de los bonos griegos. Es muy probable que los títulos de España, Italia o hasta Francia sigan cayendo y ofrezcan rendimientos aún más altos que los actuales», explicaba un operador de renta fija. De hecho, se descuenta las calificadoras seguirían bajándole la nota a la mayoría de los países de la eurozona. Un Global 2017 rinde casi un 12%, el bono Tango (de la Ciudad de Buenos Aires) está en niveles cercanos al 11,5%. Más castigados resultaron los bonos de la provincia de Buenos Aires, que pasó a rendir más del 15,5%. A la fuga de capitales se suman otros datos negativos. La caída del precio de la soja es lo más notorio. Si bien niveles cercanos a u$s 450 son todavía buenos, implican menos divisas por exportaciones que lo ingresado este año y por ende una caída adicional del superávit comercial.
El mail enviado por el «oso», el ejecutivo de banca de inversión que se escuda bajo ese seudónimo, vino más conciso que en otras oportunidades. Aún así cargado de información valiosa. Dice lo siguiente: «1) En las próximas semanas empezarán a salir los balances y estimo que no serán muy optimistas pero a lo que hay que estar atento es a lo que esperan analistas para los próximos meses; mi impresión es que todos recortarán sus estimaciones y eso no es bueno; 2) para los valientes aprovechen el rango para comprar y vender los ETF como el «FAS» (bancos) «EDC», «EDZ» (mercados emergentes) y otros tantos que dan 3 veces la suba o la baja de los mismos; 3) para los conservadores, hay muchos bonos que han caído de precio producto de las liquidaciones de fondos que deben cubrir los pedidos de rescate o márgenes de garantías; no se preocupan esos fondos por lo que venden si no sólo por juntar efectivo; 4) en síntesis mientras el índice de volatilidad siga tan alto seguiremos en la montaña rusa por un buen tiempo».
Para romper tanto nerviosismo un operador acercó una humorada que circuló esta semana en las mesas. Es sabido que en Europa hay países en los que los camarotes de los trenes son mixtos. Esto fue lo que les sucedió a un hombre y una mujer que no se conocían y que coincidieron en el mismo compartimento del coche-cama. Después de la embarazosa situación inicial, ambos se acostaron, el hombre en la litera superior y ella en la inferior. A medianoche, el hombre se inclinó por el lateral de la litera, despertó a la mujer y le dijo:
-«Siento molestarla, pero tengo mucho frío ¿Podría usted alcanzarme otra manta?»
La mujer se asomó también y con un guiño de ojo le contestó:
-«Tengo una idea mejor, tan sólo por esta noche supongamos que estamos casados...».
El hombre, entusiasmado, aceptó con estas palabras:
-«¡De acuerdo, me parece fenomenal!»
Entonces la mujer le dice:
-«¡Agarrala vos, idiota!»
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