Los ahorristas vuelven al dólar: subió a $ 3,09

Cuando llegan malas señales del exterior y de la plaza local, es inevitable que ahorristas se vuelquen al refugio más seguro: el dólar. Por más declaraciones que hagan funcionarios, nada puede hacer cambiar esta postura. Si, además, la inflación está cerca de 30%, hay más incentivo al traspaso. En paralelo, existe una relación directa del riesgo-país con el dólar. Cuando sube uno, el otro acompaña. Ayer puntualmente, saltó de 3,07 a 3,09 pesos en casas de cambio. Se está observando una salida de divisas de todos los mercados emergentes producto del nerviosismo que plantea la crisis en Wall Street. Nadie quiere apostar a países como la Argentina, Ecuador y Venezuela cuando ni siquiera se sabe con certeza lo que puede acontecer con las empresas norteamericanas. Hasta en Brasil hay fuga de capitales. Para colmo, las tasas de los plazos fijos son poco atractivas como para seducir a ahorristas a que se mantengan invertidos en pesos. Resulta, entonces, interesante desentrañar cuál es la postura oficial frente a la evolución del dólar. El Banco Central hasta ayer era comprador de divisas. Es que pretendía armar un colchón para cuando llegue el momento de pagar al Club de París (si llega ese momento). Pero ayer fue tal la presión del dólar al alza, que no pudo aumentar reservas. Es que si salía a comprar más, hacía disparar el tipo de cambio. Lo seguro es que el gobierno irá gradualmente llevando la divisa rumbo a los $ 3,20, valor en los que estuvo en momentos del conflicto con el campo. Más allá de esa paridad, la inflación comenzará a hacerse sentir. La Unión Industrial seguramente dará la bienvenida a este giro de la política cambiaria.

El público compró más dólares que los días anteriores y elevó el precio de la divisa a $ 3,09. En dos días, el dólar subió 4 centavos, más de 1%.

Esta demanda no es una sensación alimentada por la mayor cantidad de gente que se ve en las casas de cambio o negociando con los «arbolitos», sino por las cifras y la composición de los negocios en la plaza cambiaria.

En el Forex-MAE, el mayor mercado mayorista, que tiene operaciones diarias en días normales por más de u$s 400 millones, ayer movió apenas u$s 242 millones. La caída de negocios se debe a que los exportadores y grandes operadores apuestan a que la divisa va a subir más y no quieren liquidar posiciones en este momento.

En cambio, en el MEC, la plaza de los corredores de cambio que abastece a una parte del mercado minorista, el efecto es el opuesto y negoció más de lo habitual: u$s 224 millones. La demanda de dólares de las casas de cambio está creciendo para abastecer al público y esto influye en el MEC.

Son contadas las ocasiones en que este mercado se acerca en volumen al Forex-MAE.

Para hoy se espera que crezca la demanda de divisas, porque la noticia de la inflación de agosto que gatilló una masiva venta de bonos se conoció una hora después del cierre de la plaza cambiaria. Con el dinero de los bonos, hoy habrá más compradores de dólares. Después del cierre del Forex-MAE, comenzaron a anotarse las operaciones para hoy. En las pantallas se ve instalada una demanda de más de u$s 100 millones y la oferta es de apenas u$s 20 millones. Por cada cinco dólares pedidos, hay menos de uno en oferta.

El Banco Central no intervino en el mercado contado, a pesar de que el dólar abrió firme. Lo dejó subir, pero controló que no se desbordara vendiendo más de u$s 150 millones en el mercado de futuro.

El dólar terminó el día a $ 3,074 en el Forex-MAE y a $ 3,09 en las casas de cambio. Algunas lo estaban vendiendo a $ 3,10. El euro sigue en caída y cerró a $ 4,37. Hoy, si el Central no sorprende con alguna maniobra, la divisa puede seguir en alza.

Tanto en el Rofex de Rosario como en el OCT-MAE, los principales mercados de futuros, el dólar subió alrededor de 0,60% en casi todos los fines de mes.

Fin de setiembre vale $ 3,0749 (+0,55%); y fin de año, $ 3,1188 (+0,76%). El Banco Central deberá redoblar esfuerzos para manejar la política cambiaria, porque los datos del INDEC están desalentando los plazos fijos y estimulan la compra de dólares. En estas condiciones, es positivo que el gobierno esté estudiando postergar el pago al Club de París, porque dejaría al Banco Central muy vulnerable. Con la crisis financiera internacional en pleno desarrollo, no es conveniente pagar u$s 7.000 millones.

La Argentina está sin crédito por el INDEC y por los tenedores de bonos que no adhirieron al canje, además de la falta de pago al Club de París.