3 de enero 2013 - 00:00

Los pasos para lograr un tercer canje exitoso

Thomas Griesa
Thomas Griesa
El Gobierno se apresta a trabajar en un nuevo canje de deuda conforme lo ha anunciado en su último escrito, aunque supeditándolo a obtener un fallo favorable con respecto a la «fórmula de pago», especialmente a que el fallo sea «equitativo» con los términos del canje de 2010. Suponemos que la postura del Gobierno es que dicho resultado sea una victoria procesal completa o una reversión total de los fallos de Thomas Griesa y la Cámara de Apelaciones y no algo intermedio como podría ser lo que venimos denominando «pari passu a cuenta», es decir que los demandantes (incluyendo los fondos buitre) cobren igual que los tenedores de los bonos performing vía la obligación de separar los pagos mediante el Bank of New York Mellon (el embargo sobre los fondos), pero sin perder el derecho a percibir la diferencia nominal, quedando esto último sujeto a embargos en el futuro.

Es decir, con la Argentina en permanente riesgo futuro, y además con algunas cuestiones a interpretar bajo la ley cerrojo y su eventual suspensión, ya que se estaría dando un bono a un tenedor pero sin que ello extinga la obligación por la diferencia, lo que aparece como algo impensado en la actualidad. Por ello, salvo que el canje se lance antes de la sentencia, éste sólo se lanzaría en caso de una «victoria total sobre Griesa», lo que tiene el riesgo que pueda no ocurrir, aunque no se puede descartar nada.

Un canje puede ser exitoso en cuanto a la participación de un importante número de inversores, aunque la adhesión de los fondos buitre y otros demandantes dependerá del resultado judicial antes mencionado; en particular, sólo ingresarán si tienen derecho a cobrar exclusivamente en iguales condiciones que los inversores que entraron al canje 2010, pero no más que esos montos.

Si entraran todos, el monto de emisión sería de aproximadamente bonos nuevos por u$s 4.200 millones, más pagos en efectivo por los intereses no pagados desde 2005 a la fecha, pero a la tasa de los nuevos títulos. Pero la deuda contingente de más de u$s 20.000 millones se reduciría significativamente.

Pero la ingeniería legal, financiera y de negociación es totalmente distinta a la del canje de 2010, en el que con bancos de inversión se logró un muy buen porcentaje de adhesión, ya que ingresaron fondos con grandes tenencias. Ahora hay que ir a buscar inversores minoristas caso por caso, incluyendo varios con acciones judiciales en la Argentina, Estados Unidos y Europa, así como grupos «gremiales» que han mostrado rechazo a los intentos del Gobierno argentino.

Hay cinco posibles grupos (además de los fondos especulativos-buitres, que sólo buscan cobrar vía juicios): 

  • Inversores minoristas argentinos, que conservan sus bonos en default originales o bien quienes han comprado posteriormente, pero sin ánimo de litigio. Estos inversores pueden entrar porque necesitan «monetizar» sus tenencias y los valores de los bonos del Tercer Canje serían más altos que los títulos en default. A ello se agrega que no tienen ánimo de litigar por distintos motivos. 

  • Inversores minoristas argentinos con juicios existentes en la Argentina y Nueva York, pero que no han cobrado los mismos y que pueden estar dispuestos a dejar sin efecto dichos reclamos judiciales (por la incertidumbre en el cobro de éstos ya que si bien hay sentencias judiciales favorables, el Gobierno ha dicho que sólo las cumplirá si son consistentes con el canje 2010, como dijimos arriba) y recibir los bonos nuevos y comenzar a cobrar algo. Pero se necesita un especial trabajo de convencimiento y el riesgo es alto ya que se depende de que las sentencias sean totalmente favorables al Gobierno argentino. 

  • Inversores europeos: se trata de tenedores de bonos que no han tenido buena acogida en los tribunales italianos particularmente y que han acudido al CIADI, pero que conservan un especial recelo contra los canjes. Pero con un trabajo especial de llegada y convencimiento no se puede descartar para nada que consideren seriamente participar, dado que se les van agotando las opciones tras 12 largos años para ellos. 

  • Inversores minoristas de EE.UU.: es un grupo que ha demostrado ser combativo y con influencia sobre el Poder Ejecutivo y el Congreso de su país, al punto que han llevado a los representantes estadounidenses en el Banco Mundial y BID a votar en contra de los préstamos a la Argentina. Estos inversores están agrupados en la denominada American Task Force y también han mostrado reticencia. El trabajo será de diplomacia, salvo que no tengan opciones si el canje está supeditado a la victoria legal completa antes mencionada. Pero sin dicha victoria, habrá que ir a la diplomacia si se lanza el canje en una situación judicial de empate o victoria parcial (por ejemplo, pari passu a cuenta).  

  • Fondos de inversión de Estados Unidos: existen varios fondos que han adquirido bonos luego del default y que están dispuestos a participar persiguiendo una considerable ganancia dada por la diferencia entre los precios de compra y los del Tercer Canje.

    El Tercer Canje es posible y ayudaría mucho a la reputación, además de aislar a los fondos buitre. Pero precisará dos requisitos: condicionarlo correctamente al resultado judicial y estructurar una ingeniería legal, financiera y de persuasión adecuada.

    (*) Estudio Garrido
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