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Lula cerró otra vez la puerta a una nueva reelección
La ministra más poderosa del Gobierno, de 61 años, una ex guerrillera que estuvo tres años presa entre 1970 y 1973 por haber participado de la resistencia a la dictadura militar, se mantuvo en su posición de negarse a lanzar su candidatura.
Expectativa
«Ni aunque me aten respondo a esa pregunta», dijo, en conferencia de prensa al salir del hospital de San Pablo, al ser consultada sobre si efectivamente ya se había convertido en la candidata del Gobierno para suceder a su jefe político.
En Brasil, la expectativa sobre el candidato del PT es muy grande, dado que el principal partido de izquierda de América Latina siempre tuvo a Lula como aspirante presidencial: en las derrotas de 1989, 1994 y 1998, y en las victorias de 2002 y 2006.
La ministra se quejó de que la oposición «aprovecha» políticamente su estado de salud.
«Es de mal gusto mezclar una enfermedad curable con cuestiones políticas, pero el pueblo entiende qué es lo que se tiene que hablar en forma adecuada en estos casos», dijo.
La ministra afirmó que está recuperada y lista para volver al trabajo, pero aclaró que analiza disminuir sus compromisos en la agenda del próximo fin de semana.
Rousseff centraliza los principales planes del Gobierno, como el Programa de Aceleración del Crecimiento, un plan de obras públicas hasta 2010 por 270 mil millones de dólares.
La ministra hizo público que desde hace algunas semanas usa peluca, dado el tratamiento de quimioterapia al que se somete.
«Tengo una peluquita básica. Es algo molesto, pero me la sacaré cuando empiece a crecer el pelo, cuando tenga un corte tipo masculino», comentó, y reclamó «un poco de privacidad» sobre su tratamiento contra el linfoma detectado en una axila en abril durante chequeos de rutina.
La enfermedad de Rousseff fue una de las causas que llevaron al diputado Jackson Barreto, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), principal aliado del Gobierno, a reunir 171 respaldos parlamentarios necesarios para presentar una enmienda constitucional.
«Voy a presentar la propuesta antes de fin de mayo», insistió ayer Barreto, pese a que la conducción del PT descartó haber abandonado a Rousseff como su candidata única.
El PMDB negocia tener a uno de sus dirigentes como vicepresidente para mantener la alianza que tejió Lula con el partido al que pertenece el ex presidente José Sarney, titular del Senado.
«Estamos seguros de que, en un máximo de cuatro meses, Dilma estará lista para la campaña», pronosticó el secretario nacional de Organización del PT, Paulo Frateschi.
Por la oposición, el Partido de la Social Democracia Brasileña, del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), negocia la fórmula para intentar regresar al poder de la mayor economía de América Latina.
El gobernador de San Pablo, José Serra, favorito en las encuestas, busca a un candidato a vicepresidente, opción para la cual fue analizada una fórmula junto a otro referente del partido, Aecio Neves, gobernador de Minas Gerais, que hasta ahora descarta esa posibilidad.
Agencias ANSA y EFE
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