En el interior del estado de Ceará, en el noreste del país, Lula fue aclamado por miles de personas y habló como posible aspirante a la presidencia en 2018, además de proclamar nuevamente su inocencia ante la denuncia de la Fiscalía aceptada por el juez Sérgio Moro, que investiga el escándalo del "petrolão", la red de corrupción montada en Petrobras.
"Hay quien dice que están haciendo esto, acusar a Lula, investigarlo desde hace dos años, porque están con miedo de que vuelva a ser candidato en 2018. Hay quien dice que haber destituido a Dilma Rousseff fue para impedir que Lula vuelva en 2018", le dijo a la multitud en la localidad de Barbalha, a 550 kilómetros de Fortaleza.
En el llamado "Brasil profundo" -el nordeste rural semiárido- Lula llegó para participar de las campañas municipales para los comicios del 2 de octubre, pero los actos se concentraron en rechazar el juicio que le inició el juez anticorrupción.
"Si cometí un delito, sabré pedir disculpas. Pero les pido a mis acusadores que tengan dignidad y que si no se prueba nada, tengan el coraje de pedir disculpas", afirmó Lula, quien vinculó el proceso en su contra a las "aristocracias brasileñas".
Con una multitud que pidió la renuncia del presidente Michel Temer, el acto también sirvió como un repaso de la gestión de Lula, entre 2003 y 2010, época en que según los fiscales se consolidó el "petrolão".
"Hace dos años que buscan delitos en mi vida y no encuentran. Realmente me buscan por haber mejorado la vida del pueblo. Cometí muchas barbaridades, mejoré la vida del pueblo, ahora comen tres veces por día, los hijos de las mucamas y campesinos son ingenieros y médicos. Eso no lo perdonan. No perdonan que la mucama compre el mismo perfume que la patrona", ironizó.
Según Lula, sus rivales "buscan la destrucción del Partido de los Trabajadores" desde que el llegó a la presidencia en 2003.
El exmandatario se refugió en el nordeste, el reducto electoral que fue clave para la elección de Rousseff en 2010 y 2014 y que se ha transformado en una región clave para preparar el plan de regreso del PT al poder, en un país dividido geográficamente, ya que la región sur más San Pablo es donde se concentra el mayor rechazo a la fuerza fundada por Lula en 1980.
Entretanto, como en un juego de pinzas, Lula comenzó a internacionalizar el caso. Para eso Lula envió a su abogado, Cristiano Zanin Martins, a Nueva York para denunciar ante las Naciones Unidas y otro ámbitos lo que califica como "abusos" jurídicos en su contra.
Además, se mostró en una videoconferencia transmitida en esa ciudad para denunciar la "farsa" judicial que, dijo, lo involucra.
"Me quedé triste cuando supe la noticia de que el juez Moro aceptó la denuncia contra mí, aunque sea una farsa, una mentira, pirotecnia", afirmó. "Pero tenemos abogados y vamos a continuar luchando", agregó.
"No quiero ningún privilegio, pero tampoco quiero mentiras, no quiero falsedades, no puedo aceptar lo que esta gente está haciendo contra mí, afirmó.
"Yo dudo que algún empresario serio de mi país tenga el coraje de decir que Lula le pidió un solo dólar", afirmó Lula en la videoconferencia a la que asistieron abogados y sindicalistas estadounidenses.
Agencias Télam, ANSA y EFE, |
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