12 de julio 2016 - 00:00

Obama viaja a Dallas, centro de la tensión racial en EE.UU.

Hablará en las exequias de los policías asesinados. Persisten las protestas contra los asesinatos de negros y los choques en varias ciudades.

Crispación. La presencia policial se reforzó en Dallas, Texas, tras la masacre del jueves mientras los defensores de los derechos de los negros mantienen su pulso en las calles.
Crispación. La presencia policial se reforzó en Dallas, Texas, tras la masacre del jueves mientras los defensores de los derechos de los negros mantienen su pulso en las calles.
Washington - Con un fuerte operativo de blindaje, la ciudad de Dallas, Texas, espera hoy al presidente estadounidense, Barack Obama, para los funerales de los cinco agentes blancos acribillados por un francotirador afroestadounidense, mientras en el país continúan las protestas y arrestos, los cuales superan ya los 300, por las brutales muertes de dos hombres negros a manos de cuerpos de seguridad.

Las medidas de seguridad son imponentes en Dallas, la ciudad donde hace 53 años John Fitzgerald Kennedy fue asesinado por otro francotirador, a pocas cuadras de distancia de la última tragedia.

En eso pensó ayer el servicio secreto, respaldado por agentes locales y refuerzos en arribo desde otro departamento, al planear el operativo de seguridad para los funerales de los policías asesinados el jueves por la noche.

Obama llegará hoy a la ciudad con la difícil misión de reconciliar al país, solidarizándose con la policía y al mismo tiempo con la comunidad negra, que denuncia un vigente racismo por parte de las fuerzas de seguridad.

El mandatario hablará en una ceremonia interreligiosa en el Morton H. Meyerson Symphony Center y se encontrará en forma privada con los familiares de los cinco agentes asesinados y de los nueve heridos para expresarles "el apoyo de la nación y la gratitud por su servicio y sacrificio", subrayó la Casa Blanca.

También estará allí el vicepresidente, Joe Biden, y el exmandatario republicano George W. Bush, que pronunciará un breve discurso, un gesto para dar la imagen de unidad del país en momentos difíciles, conteniendo posibles estallidos de violencia a pocos días de las convenciones partidarias.

El aspirante republicano Donald Trump, sin embargo, no colaboró ayer con esa intención al lanzar como eslogan "ley y orden" y acusar a Obama y la precandidata demócrata Hillary Clinton de haber dividido a Estados Unidos.

En tanto, la oleada de protestas no se detiene. En Baton Rouge, capital de Luisiana y escena del asesinato del afroestadounidense Alton Sterling, la Policía arrestó a entre 30 y 40 personas que formaban parte de un grupo de casi 200 manifestantes que se dirigían por la autopista interestatal 110.

"Manos en alto, no disparen", gritaron en forma rítmica los activistas. Se trata de una protesta sostenida también por las estrellas negras del espectáculo y del deporte.

Beyonce invitó a sus fans a contactar sus representantes en el Congreso. El rapero T.I. marchó junto a los manifestantes en Atlanta, mientras sus colegas Snoop Dogg y The Game se dirigieron al departamento de Policía de Los Angeles, donde hablaron junto a otros miembros de la comunidad a los cadetes que se están diplomando.

La tensión se agravó por varios episodios. Como los cuatro hombres arrestados por la Policía de Detroit, acusados de incitar en Facebook al asesinado de policías blancos, como ocurrió en Dallas.

Siempre en Detroit, un policía blanco, Nate Weekley, fue degradado por haber definido "racista y terrorista" en su cuenta de Facebook al movimiento "Black Lives Matter".

Son palabras potencialmente explosivas en una ciudad donde el 80% de la población es negra.

Las declaraciones de Mark Diaz, presidente del sindicato policial, tampoco ayudaron. Dijo que las palabras de Weekley son fruto de la frustración de "muchos policías".

A su vez el jefe de la policía de Dallas, David Brown, denunció que recibió amenazas vía Facebook contra él y su familia, mientras le hablaba a la prensa sobre la investigación en curso contra el francotirador. En esa conferencia, defendió que el exsoldado fuera abatido empleandose un robot con explosivos.

Agencias ANSA, AFP, DPA,

EFE y Reuters

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