El Gobierno logró ayer ganar tiempo y evitar, al menos hoy, los paros sorpresivos y las movilizaciones con los que la Asociación Bancaria amenazaba con inundar la City porteña desde esta mañana. Durante toda la jornada financiera, las entidades de todo el país permanecerán abiertas y con atención al público normal, pero el peligro de protestas y complicaciones permanece, ya que las cuatro cámaras que representan a los bancos y el sindicato que maneja Juan José Zanola continuarán negociando esta mañana desde las 11.30 en el Ministerio de Trabajo, y de no llegar a un acuerdo, el gremio podría decidir retomar las protestas.
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Sin embargo, desde el Gobierno aseguraban ayer que las partes están desde ayer más cerca; antes de que comience la reunión de hoy en la cartera laboral, analizarán las propuestas cruzadas, y antes del viernes el Gobierno se presentará un acuerdo en las discusiones paritarias más complicadas del año hasta ahora. Que esto ocurra es lo que ordenarán Néstor y Cristina de Kirchner al Ministerio de Trabajo. Hasta anoche, la banca pública estaba más cerca de un acuerdo que la privada.
Carlos Tomada en persona inauguró ayer a las 17.30 las negociaciones. El ministro sentó en una amplia mesa a los representantes del gremio y de las cámaras y pidió que «hoy» (por ayer) con sensatez se llegue a un acuerdo». Estaba transmitiendo la orden que le había llegado desde Olivos. Debía hacer todo lo posible para evitar las protestas pronosticadas y prometidas por Zanola y sus compañeros para toda la semana, con insistencia hasta lograr el aumento del 25%. La presencia de Tomada hablándole directamente al titular de La Bancaria era una señal clara de la importancia que desde el Gobierno se les dio a estas negociaciones paritarias.
Puntualmente, desde Olivos se busca evitar cualquier tipo de conflicto laboral con movilizaciones importantes y cierres de bancos, a horas de haberse lanzado las listas de la Capital Federal donde precisamente un banquero (Carlos Heller), la viceministra de Trabajo, Noemí Rial y un alto representante sindical, Julio Piumato, encabezan la oferta electoral oficial. El mensaje fue atendido por Zanola, que mostró una voluntad negociadora que hasta ahora había evitado. Esto, más allá de las presentaciones mediáticas clásicas de condena a la banca mundial.
En nombre del Gobierno, junto con Tomada, se sentaron a la mesa negociadora el director de negociaciones colectivas, Adrián Canetto, y el jefe de Gabinete, Norberto Giarabino.
Por el lado de las cámaras, también hubo prudencia. Al ministerio llegaron los representantes de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) y la Asociación de Bancos Privados de Capital Nacional (ADEBA), las agrupaciones que reúnen a las entidades privadas de capital internacional y nacional. Además, estuvieron los responsables de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA) y la Asociación de la Banca Especializada (ABE).
Sólo en un momento los empresarios sacaron a relucir datos sobre los aportes «extraordinarios» que se realizaron en el último año para las obras sociales, los que superarían los $ 100 millones de pesos y de los cuales el gremio de Zanola no habría dado mayores explicaciones. Según los banqueros, la obra social estaría quebrada. Hablaron también sobre la caída de la rentabilidad de este año a partir de la baja de los niveles de depósitos, del acotamiento del negocio crediticio para el consumo y de la promesa de revisar la situación para el segundo semestre del año.
Las partes, también con Tomada como anfitrión, volverán a encontrarse. El ministro esperará ansioso comunicarse con Olivos (o con el conurbano bonaerense, dependiendo de la hora), para anunciar el acuerdo en las paritarias de los bancarios.
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