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Para ONU, grupos anti-Asad manejan ya armas pesadas
La misión de observadores de la ONU en Siria confirmó «la información según la cual la oposición tiene armamento pesado, incluso tanques, en Alepo», donde los rebeldes y el Ejército se enfrentan desde hace días, afirmó a la prensa en Nueva York un vocero de la ONU.
Los observadores del organismo, que concurrieron el martes a Alepo, habían afirmado poco antes que las tropas sirias utilizaron aviones cazas para disparar sobre la ciudad.
Para el general Ferzat Abdel Naser, del Ejército Sirio Libre (ESL, formado principalmente por desertores del ejército regular), «lo más importante es apoderarse de los locales de los servicios de Inteligencia. Si caen, la victoria es posible», agregó.
La contracara llegó en boca de Al Asad. «El Ejército libra una batalla heroica y crucial de la que depende el destino de nuestro pueblo y de nuestra nación, porque el enemigo se encuentra ahora entre nosotros, utilizando agentes internos para desestabilizar a la patria», afirmó Asad, citado por la agencia oficial SANA, en un discurso por el 67º aniversario de la creación del Ejército.
Combates
En Damasco, los barrios cristianos de Bab Tuma y Bab Sharqi, en el centro de la ciudad, fueron por primera vez teatro de combates, que dejaron al menos un soldado muerto, indicó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Londres. Se trata de «combates inéditos», en «zonas a las que los combatientes (rebeldes) no tenían acceso hasta ahora», aseguró Ramin Abdel Rahman, presidente del OSDH. Bab Tuma y Bab Sharqi son barrios tradicionalmente cristianos de la ciudad vieja de Damasco, donde en varias ocasiones se organizaron actos de apoyo a Asad.
Otras zonas de Damasco ya habían sido escenario de violentos combates, pero el Ejército los reconquistó el 23 de julio. Desde entonces, el foco del conflicto se trasladó a Alepo, segunda ciudad y principal centro económico del país. Los rebeldes habían reivindicado el martes varias victorias en la zona, así como la muerte de 40 policías.
Si los rebeldes asientan su control sobre Alepo, podrían establecer una zona de seguridad hasta la frontera con Turquía, a unos 45 kilómetros. El Gobierno turco dio la espalda a su vieja alianza con Asad, para convertirse en los últimos meses en un firme respaldo de la insurrección.
Los enfrentamientos del miércoles dejaron 110 muertos (tras 124 el martes), según el OSDH, que afirmó que se trata de 67 civiles, 29 soldados y 14 rebeldes.
En ese marco, la Asamblea General de la ONU someterá mañana a votación un borrador de resolución que condena la violencia en Siria. Originalmente, el encuentro iba a ser hoy, pero fue pospuesta un día para tener más tiempo para debatir el texto con varios grupos regionales en la sede de la ONU en Nueva York.
Agencias AFP, ANSA y Reuters
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