20 de mayo 2010 - 00:00

Pese al estrés, Mujica a solas el 2 con Cristina

José Mujica
José Mujica
Para el Gobierno uruguayo, llegó el momento de hablar seriamente del corte del puente San Martín, que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Para esto, ambas cancillerías acordaron ayer adelantar la reunión bilateral pactada hace unas semanas entre Cristina de Kirchner y su par uruguayo, José Mujica, para el 2 de junio. El lugar del evento será la Estancia Anchorena, cerca de Colonia del Sacramento, un lugar lo suficientemente bucólico y alejado como para que no haya ruidos en la conversación que ambos jefes de Estado deben mantener. De todas maneras, Uruguay ya sabe cuál es la respuesta argentina: el Gobierno de Cristina de Kirchner no reprimirá a los manifestantes, con lo cual ambos países deberán aprender a convivir, según la óptica local, con el corte por varios años más.

Hasta ahora, Kirchner y Mujica tuvieron cuatro encuentros bilaterales, donde se evitó discutir directamente el conflicto por el bloqueo del puente de Gualeguaychú. Primero ambos acordaron esperar a conocer el fallo en el tribunal de La Haya. Luego, el Gobierno pidió esperar a que Néstor Kirchner sea elegido titular de la flamante secretaría ejecutiva de la Unasur, para cuya llegada se debía lograr el levantamiento del veto de Tabaré Vázquez por parte de Mujica, lo que se logró sin problemas. Sin embargo, Uruguay ya había anticipado que luego de este hecho político, por el que fue seriamente criticado fronteras adentro el presidente del país vecino, se debía discutir abiertamente la situación del puente binacional. Ese momento será el próximo 2 de junio.

Inicialmente, la cita había sido agendada para el 4 de junio, pero durante la Cumbre de la Unión Europea, América Latina y el Caribe que se desarrolló en Madrid hubo «breves reuniones bilaterales» entre las delegaciones en las que se modificó la fecha, explicó el canciller uruguayo Luis Almagro. «Hubo algunos contactos bilaterales con la delegación argentina en los que se buscó avanzar en los puntos que tratarán los mandatarios», explicó el ministro del país vecino.

De esta manera, el encuentro entre los mandatarios se adelantará dos días y contará además con la participación de varios ministros de ambas delegaciones, lo que demuestra la intención de no circunscribir el debate a las medidas para el control de la planta papelera de UPM (ex Botnia).

Soluciones

Desde hace un par de semanas funcionan bajo la órbita de las respectivas cancillerías dos grupos de trabajo con el objetivo de identificar los puntos de desencuentro entre los países y avanzar en las posibles soluciones: así, la cuestión del dragado de los ríos, licencias comerciales, energía y gas, turismo, entre otros, serán los temas del menú.

Uruguay, además, quiere incluir otro tema conflictivo entre los dos países. Se trata de las decisiones de trabar el ingreso de importaciones de alimentos, medida no escrita que desde ese país se denunció como en plena ejecución. En las últimas horas, y pese a que desde Madrid Cristina de Kirchner dijo que no se estaba aplicando este tipo de medidas, el presidente Mujica recibió un informe basado en un reclamo de la Unión de Exportadores del Uruguay, que alertó sobre las fuertes pérdidas para las empresas que trabajan en ese rubro.

«Debemos tomar medidas para contrarrestar esto, aclarar del lado argentino la posición que se está tomando y manifestarles nuestra preocupación», señaló ayer Almagro.

Más allá de que la relación entre ambos presidentes es buena, el Gobierno uruguayo estima no habrá grandes avances en ninguna de las áreas de conflicto, por lo que la reunión no genera para ellos «demasiadas expectativas», señalaron fuentes de la administración de Mujica.

Para tratar de definir la agenda del encuentro de junio, unos días antes se encontrarán en Montevideo Almagro con el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana. La idea de los dos funcionarios es que más allá de las diferencias, haya temas donde haya acuerdos, aunque mínimos, que no muestren la cumbre de Anchorena como un fracaso. Para evitar esto último, por ejemplo, se acordaría no tratar el tema del monitoreo conjunto de la planta de Botnia en el marco de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), una cuestión que sobre la que aún no hay consenso entre ambos países. Para saber si la planta contamina, la propuesta argentina incluye un plan de control y vigilancia integral de las emisiones en el aire, la tierra y el agua, pero desde el interior de la pastera y no sólo sobre el río, lo que es rechazado por el Gobierno de Uruguay.

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