16 de junio 2010 - 00:00

Por Selección, empresas cambian los hábitos

Mañana las oficinas se transformarán por dos horas en un estadio de fútbol, donde nadie pensará en trabajo.
Mañana las oficinas se transformarán por dos horas en un estadio de fútbol, donde nadie pensará en trabajo.
Cada cuatro años, el país se paraliza con la llegada del Mundial. El tema central es el fútbol y hasta los menos fanáticos sienten la pasión por la pelota y alientan a la Selección nacional. Mañana, el equipo de Diego Maradona disputará su segundo partido, contra Corea del Sur, en pleno horario de oficina, por lo que las empresas decidieron otorgarles ciertos beneficios a sus empleados para que puedan ver el Mundial en el ámbito laboral, y en algunos casos flexibilizaron el horario.

Algunas entidades bancarias, como Galicia y Santander Río, dispusieron de televisores en todas sus sucursales para que los empleados puedan disfrutar del Mundial mientras se trabaja; en algunos casos también se colocó cable para que la señal sea óptima. Los trabajadores de Santander contarán con gorros, banderas y hasta pintura para que el aliento al seleccionado sea aún mayor. Mientras que los gerentes y jefes de esta entidad tienen el permiso de otorgarles a sus empleados el beneficio de llegar finalizado el partido de mañana para que puedan ver el encuentro en compañía de sus más cercanos o, en el caso del martes próximo, cuando la Argentina disputará su tercer encuentro, retirarse antes. La misma decisión tomaron en el laboratorio Roemmers, donde les permiten a sus empleados manejar los horarios según los partidos de la Selección celeste y blanca.

Varias empresas han convertido sus comedores en salas de TV; algunas hasta han decorado el lugar con los colores celeste y blanco para recrear la escenografía de un estadio de fútbol. Esto sucede, por ejemplo, en una de las empresas líderes de fernet, en donde se dispusieron varios televisores y hasta un desayuno para los empleados. Lo mismo ocurrió en la compañía 3M de Puerto Madero, en donde los trabajadores esperan con ansias el partido que también se verá en el comedor de la empresa, donde prepararon el sitio para recibir el encuentro.

En la empresa FEMSA, buscan que sus empleados se sientan como en Sudáfrica: allí le regalaron al personal camisetas con los colores del seleccionado nacional y cornetas, similares a las vuvuzelas africanas, para recrear mañana el sonido del estadio. Como en la mayoría, allí también hay un prode interno donde los premios son un LCD, una consola Wii, y un minicomponente. Esto también se repite en las entidades bancarias, donde hay juegos internos con premios que van desde viajes hasta electrodomésticos, lo que motiva a sus empleados a seguir a todos los seleccionados en este Mundial.

En las entidades públicas, en muchos casos, los empleados se juntaron para comprar un plasma y ver en él el Mundial; una vez concluido el campeonato, será sorteado entre todos, como en el caso del Ministerio de Economía, que esperan con ansias el final del Mundial. Aunque en el ámbito privado muchos también optaron por esta medida.

Pero esta realidad no se vive sólo en las empresas: en los colegios, universidades e institutos también tienen flexibilidad con sus horarios y muchos han dispuesto de pantallas gigantes y televisores. Algunos han decidido cortar la clase, o empezarla más tarde, según el horario en que se juega el encuentro. Mientras que otros han colocado plasmas, o pantallas gigantes, en sus comedores o patios, para que todos los alumnos de la institución lo puedan ver juntos. Esto motiva a los chicos a ir a la escuela, aun así en época del Mundial y con la Selección del «Diez» jugando.

Llama la atención que unos de los más beneficiados sean los empleados de la Embajada de Brasil, enemigo número uno futbolísticamente. Es que allí el horario laboral es más reducido cuando juega la Selección local, así como también cuando se enfrenta la dirigida por Dunga. Si los equipos juegan por la mañana, no es obligatorio ir a la oficina durante esa franja, y el horario se acorta de 14 a 17, mientras que si el encuentro es por la tarde, el horario de trabajo es de 9 a 14. Aunque los empleados tienen la opción también de ver los partidos -tanto de Argentina como de Brasil- en pantalla gigante en el auditorio de la embajada, en compañía de su familia y con servicio de catering.

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