Primero veamos dónde estamos parados: el precio promedio del Dow durante noviembre fue el más alto de la historia, un 20% por encima del de noviembre de 2007, justo antes de que sobreviniera la crisis. El último mes el promedio avanzó el 3,5% y marcó 12 récords históricos (el jueves el récord histórico, ya que en la media rueda del viernes cedió 0,07% a 16.086,41 puntos), sumando 23% en once meses (el NASDAQ "voló más del 32%) tras ocho semanas consecutivas en alza. El S&P 500, que en lo que va de 2013 gana 27% (el jueves marcó su máximo histórico en 1.807,23 puntos y podría finalizar el año con la mayor suba desde 1997) acaba de cerrar la seguidilla semanal alcista más larga desde enero de 2004. Frente a esto, el volumen negociado es el más bajo para un mes de noviembre desde 2006 (es el sexto más bajo de los últimos 85 meses), siendo 23% inferior al que le tocó a igual mes en 2007. Conclusión más que evidente: precios altos, volúmenes bajos; falta combustible, sobran ganas. Esto explica por qué la gente de Goldman, del Citi, del Barclays, HSBC y del Credit Suisse predicen una suba para 2014 de menos del 6% en el S&P 500. Los más eufóricos, los de Oppenheimer, esperan una suba del 12%; UBS y RBC una suba del 8%; Morgan Stanley, Nomura y Deutsche una suba de menos del 3%. Existen algunas predicciones bajistas para el año próximo -pocas y de "casas" menores-, pero en el juego de no asustar a los clientes, los "grandes" prefieren hablar de subas o correcciones que a su vez serán corregidas al alza. Como siempre, no sabemos qué pasará, pero ante tanta proyección de un mercado chato no podemos descartar que 2014 sea "violento".
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