El enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, que actúa como mediador en el diálogo, dio por finalizada la sesión cuando ésta se puso tensa, indicó un representante de la oposición.
Ambas partes se lanzaron acusaciones duras y se mantuvieron firmes en sus posiciones sobre la formación de un Gobierno de transición, lo que para la comunidad internacional representaría una salida al conflicto de casi tres años y que ha dejado 130.000 muertos y millones de desplazados.
Reforzada por su avance en el terreno militar, la delegación del Gobierno propuso una serie de principios para un acuerdo de paz, pero se negó a una salida de la presidencia de Bashar al Asad, dijo el ministro de Información sirio, Omran al Zoabi.
Al Asad no puede dejar la presidencia porque "la Constitución siria contempla que todo presidente salga del poder mediante elecciones", indicó el ministro.
"La delegación siria ha avanzado un documento de principios que contempla el respeto por la soberanía siria, la restauración del territorio robado y la eliminación de toda forma de violencia y extremismo, y los otros lo están rechazando", añadió.
La oposición reaccionó con fuerte malestar a esta posición y el portavoz Luay al Safi dijo que el Gobierno intentaba evadir los principios del llamado acuerdo de Ginebra I, logrado con el apoyo de Estados Unidos y Rusia, y que contempla la formación de una autoridad interina.
La oposición siria demanda que Al Asad, su familia "y todos sus socios criminales" sean excluidos de un futuro Gobierno de transición.
"No hubo avances. Estamos en el mismo lugar", dijo el negociador jefe opositor, Hadi al Bahreh.
Además, los delegados de la oposición negaron ayer haber acordado la evacuación de mujeres y niños en la ciudad de Homs (centro), asediada por tropas del régimen.
"Seguimos exigiendo que se levante el cerco a la ciudad y que la ayuda humanitaria alcance las áreas asediadas de la ciudad vieja de Homs", dijo el delegado opositor Anas Abdeh.
"No son auténticos los rumores de que hayamos pedido la evacuación de civiles de las áreas asediadas. Nuestro objetivo es el levantamiento paulatino del cerco, nada más".
La posición de los opositores fue respaldada por Estados Unidos, que dijo que las autoridades sirias deben permitir la entrada de ayuda en las áreas asediadas de Homs en lugar de evacuar a los civiles.
Mientras, el ministro de Información sirio dijo a la prensa en Ginebra que Siria "quiere garantías de que los hombres armados no abrirán fuego contra los convoyes de ayuda".
Se estima que unas 3.000 personas se encuentran atrapadas junto con combatientes rebeldes en la ciudad vieja y el distrito de Jalidiye en Homs, que es controlada mayormente por la fuerzas del Gobierno. Las condiciones en la ciudad son extremadamente duras, con falta de suministros básicos y severos daños en las construcciones.
La oposición siria aseguró, asimismo, que no ha habido avances en las conversaciones sobre un eventual acuerdo para la liberación de prisioneros del Gobierno y de los rebeldes.
Agencias DPA, Reuters y EFE, y Ámbito Financiero |
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