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“Quiero que ovacionen a todos”
- «Mi sueño es que la cancha de River explote. Que todos mis jugadores salgan ovacionados. Es lo que da vueltas en mi cabeza desde hace días».
- «Tengo el equipo en la cabeza, pero todavía no lo definí, ni se lo voy a decir. Teniendo a todos bien, se hace un compromiso muy grande decidir a los 11 y a los que van al banco».
- «La euforia de la gente para nosotros no es una presión. La única forma de bajarle los descibeles al público es ganando. Todo esto creció por el cambio de actitud que vio la gente en los partidos con Escocia y Francia».
- «A mí me gustaría que Messi salga ovacionado como alguna vez salí ovacionado yo. En realidad, me gustaría que salgan ovacionados todos».
- «Estoy viviendo todo con mucha intensidad. Estoy en un lugar donde un año atrás no me imaginaba estar y lo estoy disfrutando mucho.»
- «El esquema táctico es variable. Probé con tres o cuatro defensores y todavía no decidí por cuál me inclinaré. De las dos formas quedé satisfecho. De aquí al sábado definiré cómo jugaremos».
- «No quiero cambiar mucho del partido de Venezuela a Bolivia, pero es cierto que tenemos muchos amonestados, eso me preocupa. En el plantel hay nueve amonestados y cualquier roce nos puede dejar con uno menos para el miércoles».
- «Presión siente hoy la gente que se levanta todos los días a trabajar para llevar diez mangos a la casa. En el fútbol no existe la presión, existe la responsabilidad, y este grupo tiene mucha responsabilidad».
- «Con Bilardo estamos bien, muy bien. Estamos hablando mucho estos días. Nos sirvió para unirnos y para aclarar un montón de cosas. Está al lado mío permanentemente. Sirvió para aclarar cosas que necesitaba saber».
Así, como si fuese un frontón, respondió absolutamente todo lo que le tiraron. Y tuvo tiempo de ocuparse de casos puntuales: la camiseta 10 («Todavía no definí quién la va a llevar»), Juan Pablo Carrizo («Es mi arquero titular»), Pelé («Yo no soy ejemplo de nada, pero el debutó con un pibe»), Mascherano («Sigo pensando que el equipo es Mascherano y diez más»), Juan Román Riquelme («Estoy tranquilo con lo que hice. Ya no tenemos a Román.
No tenemos un jugador de último pase como Román»). Se levantó para irse a la cena, firmó un par de camisetas y se fue, serio, pero con notorias muestras de que la procesión va por dentro. A lo Diego.
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