14 de febrero 2017 - 00:10

Reflexiones para una reforma tributaria

En la Ley 27.260, encontramos en su artículo 77, que se crea en el ámbito del Poder Legislativo Nacional la "Comisión Bicameral para la Reforma Tributaria", que tendrá como objeto el análisis y evaluación de las propuestas de reforma del sistema tributario nacional que elabore y remita el Poder Ejecutivo Nacional orientado a, entre otras medidas a "Fortalecer la equidad de la presión tributaria y Simplificar su estructura y administración" El Poder Ejecutivo Nacional remitirá el o los proyectos de reforma al sistema tributario nacional dentro de los trescientos sesenta y cinco (365) días corridos a partir de la constitución de la Comisión. Además, esta comisión podrá instrumentar los mecanismos necesarios que aseguren la participación de universidades, academias, organizaciones sociales, y solicitar la colaboración y asesoramiento de personas, instituciones y organismos especializados en la materia objeto de tratamiento.

Por otra parte, el Secretario de Hacienda anterior había creado a principios de julio/16, la Comisión para la Reforma Tributaria que tiene como uno de sus objetivos modificar el sistema tributario argentino y que le correspondería tratar a la Comisión Bicameral. Es decir, que desde el año anterior se hizo presente, a nivel nacional, la posibilidad de una Reforma Tributaria.

Si nos hemos remitido a la Ley 27.260 y a la Comisión creada en la Secretaría de Hacienda fue para dar a conocer la existencia de un legítimo interés revestido de toda la importancia que corresponde a una Reforma Tributaria.

Sin embargo, poco se ha avanzado, incluso la frustrante modificación tributaria introducido por la Ley 27.246, principalmente en el Impuesto a las Ganancias originada, en principio, en diversos problemas, entre ellos: posicionamientos electorales futuros, recaudación tributaria insuficiente, acercamiento a organismos gremiales y sociales, etc. todo esto muy entendible pero no suficiente para llegar a un sistema tributario.

Últimamente se ha informado que se comenzará con una Reforma Tributaria que intenta bajar la presión tributaria en los costos laborales, el impuesto al cheque y el Impuesto a los Ingresos Brutos provinciales.

Pero, no se puede avanzar a una Reforma Tributaria integral, o sea Nacional, Provincial y Municipal, si lo hacemos fragmentariamente.

Es posible que no se encuentren otros caminos en el presente. La disminución de los altos costos laborales y su sinceramiento generoso es un buen paso contra la informalidad de los trabajadores en "negro". El impuesto al cheque es un gravamen que se ha ido transformando por su cómputo en un intermediario con el Impuesto a las Ganancias y con respecto a los impuestos sobre los Ingresos Brutos provinciales es imprescindible llegar a un acuerdo para disminuir su imposición. Nos augura una Reforma Tributaria, urgida por tiempos que no son los tributarios, sino los económicos financieros y sociales. Se deben estudiar los cambios con profundidad. El derecho tributario exige que así se haga y no con criterios solamente económicos financieros.

Nuevo punto de partida

Comenzar de cero. Así debería analizarse por lo menos lo siguiente:

a) Ajuste Impositivo por Inflación: Como sabemos la inflación es el peor de los impuestos y que no necesita ser aprobado por el Congreso Nacional. Por todo ello se debe restablecer, por lo menos, el Ajuste Impositivo por Inflación a las sociedades para que no abonen impuesto sobre ganancias inexistentes convirtiéndose en una de las causas que origina el incremento de los precios, realimentando la inflación.

b) El Impuesto sobre los Bienes Personales se debe modificar permitiéndose que los pasivos sean deducidos sin restricciones, porque no solo desvirtúa este gravamen sino que incrementa su alícuota. Llevar su mínimo imponible a valores acordes con su naturaleza. Es impropio que un impuesto a la riqueza presente un mínimo de pobreza.

c) El Impuesto al Valor Agregado debe abonarse al fisco una vez percibido y no, como ahora, siguiendo el sistema de lo devengado. De esta manera se obliga a los responsables a anticipar el impuesto al fisco financiando al Tesoro Nacional sin ningún costo.

d) Volver a considerar a las Sociedades de Responsabilidad Limitada como sociedades de personas permitiéndose que el Impuesto a las Ganancias grave únicamente la utilidad distribuida entre los socios disminuyendo el peso del impuesto

e) El Monotributo reestructurarlo para recuperar sus objetivos primitivos o derogarlo lisa y llanamente teniendo en cuenta la actual promoción de las empresas Pymes, unido con lo manifestado para las SRL estaría haciendo innecesaria su existencia. Tengamos en cuenta que de un sistema simplificado se ha transformado en complicado, de que no se necesitaba el concurso de profesionales , ahora se han constituido en imprescindibles, de pequeños contribuyentes se ha incluido hasta los contribuyentes cuasi indigentes. También los impuestos tienen su ciclo de existencia y el Monotributo estaría en su fase final principalemte por sus problemas operativos.

f) Textos Ordenados. Finalmente, no podemos evitar reiterar que los textos impositivos más importantes deben ser actualizados y ordenados. Muchos de ellos hace más de doce (12) años que no se efectúa su ordenamiento. Esto hace que los profesionales y contribuyentes dependan de textos ordenados por editoriales importantes y serias pero que no son los oficiales como debe ser. Las modificaciones de modificaciones, normas complentarias y los micrositios han convertido a las normas legales en un laberinto fiscal.

Conclusiones

Las conclusiones nos llevan a manifestar que si deseamos concretar una real Reforma Tributaria Integral se debe hacer un estudio en profundidad de la estructura tributaria de los tres niveles de tributación: Nacional, Provincial y Municipal. Evitar los parches endémicos y tener en cuenta todo lo hasta aquí dicho. Y finalmente, convencer a las provincias de Buenos Aires y Entre Rios a que deroguen el Impuesto a la Herencia que siempre ha tenido carácter nacional. Buscar en forma inequívoca la armonía y el consenso. Hacerlo todo más simple, el fisco también.

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