29 de agosto 2011 - 00:00

Roxana Amed: folklore y jazz en notable comunión

Roxana Amed: folklore y jazz en notable comunión
«Inocencia». Roxana Amed. Acqua Records 302. 

Roxana Amed es conocida como cantante de jazz. Y en ese mundillo pequeño y algo elitista pudo ganarse un reconocimiento. A fuerza de respeto por el repertorio clásico, por el espacio que fue brindando a nuevas composiciones, por lo bien que supo rodearse con los mejores instrumentistas y arregladores, y sobre todo por su expresividad y su voz, es protagonista permanente en festivales y ocupa desde hace años, con regularidad, las carteleras de los clubes y bares jazzísticos de Buenos Aires. Pero algo pasó cuando se asoció en 2004 con Pedro Aznar para su disco «Limbo». Ahí, el ex Serú Girán fue su productor y ella empezó a sacar una parte suya que no estaba tan a la vista, desde el repertorio que fue abriéndose hacia otros géneros hasta su manera de mostrarse como cantante. El proceso continuó con otros tres discos, y ahora llegamos a un momento muy interesante con este «Inocencia».

Podríamos decir que estamos más frente a un álbum de folklore que a uno de jazz, si pensamos en términos de canciones: clásicos como «Doña Ubenza», «Piedra y camino», «La nostalgiosa», «El arriero», «La nochera» y varias propias. Pero este trabajo es mucho más que eso. El jazz está presente en el modo de acompañar, con músicos que vienen de ese género y con interpretaciones que se permiten la improvisación. Aznar es su invitado de lujo en su tema «La volvedora». Y la propia Amed logra una síntesis perfecta y el mayor lucimiento con su versión de la dificilísima chacarera «La oncena» de Eduardo Lagos.

Ricardo Salton

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