El subte es la principal vía de acceso al estadio Arena Corinthians, donde el próximo jueves 12 se realizará la ceremonia inaugural y se jugará el primer partido de la Copa, Brasil-Croacia.
Así, la protesta de ayer derivó en un caos en esa zona y en un serio tumulto, cuando pasajeros invadieron y dañaron las instalaciones de la estación de subte de Itaquera, vecina al estadio.
La presidenta Dilma Rousseff calificó el incidente de "lamentable", mientras que el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, un opositor al Gobierno nacional, sostuvo que la huelga tiene motivaciones "políticas" y es "abusiva".
Declarada tras el fracaso de negociaciones salariales, la huelga afecta parcialmente a tres de las cinco líneas del metro, un medio clave en esta ciudad de 11,5 millones de habitantes (20 millones sumando los suburbios), ya que transporta cada día un promedio a unos 4,5 millones de paulistas.
"Presentamos a la Justicia un pedido para que declare abusiva esta huelga", declaró Alckmin.
El miércoles, la Justicia había determinado que la operación del subte debía mantenerse en un 100% en las horas pico y en un 70% en el resto de la jornada, bajo pena de multa en caso de incumplimiento. La situación se agravó por una huelga del 75% de los agentes de circulación de tránsito de esta inmensa ciudad.
El embotellamiento de 209 km es el mayor registrado en lo que va del año para las horas de la mañana y el tercero mayor en la historia de San Pablo.
En Itaquera, la estación de subte del estadio Arena Corinthians, varios pasajeros rompieron las rejas de entrada al amanecer. La gente se agolpaba para entrar al contiguo sistema de trenes -que en algunas estaciones opera junto al metro- pero éste tampoco estaba operando en ese lugar.
Algunas personas pasaron incluso a las vías, hasta que finalmente los empleados decidieron abrir la estación para calmar el tumulto.
La situación caótica en el tránsito sorprendió a dirigentes de la FIFA que llegaron ayer a la ciudad. "Tardé dos horas y media en llegar al hotel desde el aeropuerto", dijo el presidente de la UEFA y exfutbolista francés Michel Platini, en una queja idéntica a las expresadas por el vicepresidente de la FIFA, Jim Boyce, y por el presidente de la Federación de Fútbol de Costa de Marfil, Jacques Anouma.
"Bienvenido al país del tránsito", dijo con ironía el africano, quien integra el comité ejecutivo de la FIFA.
El martes a la noche, Rousseff lanzó una dura réplica a las críticas de la FIFA contra la organización de la Copa, al declararse cansada de éstas y al afirmar que "hieren la soberanía" de Brasil.
"El problema va a ser volver en la noche. No vale ni la pena ir, el tren está llenísimo y por la noche va a ser peor. La gente ya estaba peleándose por entrar al tren", dijo Edith Carvalho, de 40 años, que vive en Itaquera y trabaja en el elegante barrio de Higienópolis, en la zona central de San Pablo. "¡Y éste es el país de la Copa!", se quejó otra usuaria, apresurándose a entrar al tren.
Para facilitar los desplazamientos durante la huelga, la Alcaldía decidió autorizar a todos los vehículos a circular por las calles, en vez de alternar por matrículas pares o impares como sucede habitualmente.
En la estación Tucuruvi, la cola para tomar un colectivo daba la vuelta a una manzana y tenía más de 300 personas.
La noche del miércoles unos 12.000 manifestantes del movimiento Sin Techo, según últimas cifras oficiales, y 400 miembros de la Policía militar protestaron de manera separada cerca del Arena Corinthians y bloquearon una de las principales avenidas de esta ciudad.
Hace menos de dos semanas, una huelga de choferes de colectivo en San Pablo provocó embotellamientos y dejó a más de un millón de personas sin transporte.
El sindicato de los 10.000 empleados del metro paulistano consideró insuficiente la oferta de reajuste salarial anual del 7,8% presentada por el Gobierno estadual, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Reclama un aumento del 16,5%.
"No es posible aceptar un aumento de menos de dos dígitos", declaró antes del anuncio oficial de la huelga el presidente del sindicato, Melo Prazeres Junior.
"Es el mundo real. El aumento de los precios de los alimentos y la inflación general son bastante más elevados" que la propuesta de las autoridades, subrayó.
Hace exactamente un año, San Pablo fue el punto de partida de la revuelta social histórica que sacudió a este país emergente de 200 millones de habitantes en plena Copa Confederaciones.
Agencias AFP, Brasil247, DPA y EFE |
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