18 de mayo 2009 - 00:00

Se rindieron los tamiles y terminó la cruel guerra civil de Sri Lanka

Se rindieron los tamiles y terminó la cruel guerra civil de Sri Lanka
Colombo, Sri Lanka - Los rebeldes tamiles de Sri Lanka anunciaron ayer su decisión de «silenciar las armas» y dejar de luchar contra el Ejército en su minúsculo reducto en el noreste de la isla, reconociendo así su derrota tras 37 años de la guerra civil más antigua de Asia.

Selvarasa Pathmanathan, responsable de las relaciones internacionales de los rebeldes, un grupo que practicó un terrorismo sin cuartel, dijo en un comunicado que «esta batalla llegó a su amargo final».

«Nos queda una sola opción, privar al enemigo de una última excusa para matar a nuestra gente. Hemos decidido silenciar nuestras armas. Lo único que lamentamos son las vidas perdidas y que no pudiéramos aguantar más tiempo», agregó el portavoz de la organización separatista.

Poco antes, las fuerzas armadas habían asegurado haber «rescatado» a la totalidad de los «50.000 civiles rehenes» de los insurgentes. El presidente, Mahinda Rajapakse, había dicho el sábado que sus tropas estaban a punto de acabar con la rebelión.

El portavoz del Ejército, el general Udaya Nanayakkara, respondió que, en realidad, los Tigres «habían sido derrotados hace tiempo, pero que sólo ahora habían aceptado formalmente su derrota».

«Pelearon por un Eelam (patria tamil) que no podían haber conseguido nunca. Ha sido solamente una pérdida de vidas», afirmó el portavoz.

El general Nanayakkara dijo que el Ejército estaba conquistando «cada centímetro de territorio que ocuparon» los Tigres.

La guerrilla más temible del mundo, fundada en 1972 por Velupillai Prabhakaran, que es todavía su líder y del que no hay rastro tras la rendición, según declaró ayer el Ministerio de Defensa, luchaba por instaurar un Estado separado en el norte y el este de Sri Lanka. Hasta 2006, controlaba un tercio de los 65.000 km2 de esta isla del océano Índico, ubicada al sudeste de la India.

La guerrilla estaba ayer acorralada en un rectángulo de jungla de «400 metros por 600 metros» en el noreste, según el Ministerio de Defensa. «Más de 50.000 personas salieron del área en los últimos tres días, lo que significa que rescatamos a todos los civiles utilizados como escudos humanos por los Tigres tamiles», se congratuló Nanayakkara.

Desde hace varias semanas, Sri Lanka aseguraba que los Tigres retenían como «rehenes» a entre 15.000 y 20.000 civiles. La ONU calculaba que 50.000 personas seguían atrapadas, después de que 115.000 habitantes tamiles hubieran huido de la zona de combate desde finales de abril.

Los rebeldes están «militarmente derrotados», había afirmado el sábado el presidente nacionalista srilanqués, artífice desde hace tres años, junto a su hermano Gotabhaya, el ministro de Defensa, de una guerra extrema.

En 37 años, el conflicto dejó más de 70.000 muertos (y al menos 65.000 en las últimas dos décadas). La ONU considera que 6.500 civiles murieron en el noreste entre fines de enero y mediados de abril.

La brutalidad de la ofensiva «final» del Ejército valió a Colombo muchas críticas de la comunidad internacional. El primer ministro británico, Gordon Brown, había advertido a Sri Lanka que sus acciones tendrían «consecuencias». Londres se declaró favorable a una investigación por «crímenes de guerra», tanto sobre el Ejército como sobre los Tigres.

Los Tigres acusaron al Ejército de haber asesinado a miles de civiles estos últimos días. Colombo replicó que la guerrilla había disparado sobre estos «escudos humanos».

La isla, con 20 millones de habitantes (entre los cuales un 74% de cingaleses y 12,5% de tamiles), fue colonizada durante casi 450 años por los europeos. En nombre de su soberanía, Colombo, que cuenta con el apoyo de China, Japón y Rusia, rechazó todas las exhortaciones de los países occidentales.

Agencias AFP, EFE y Reuters

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