Converso del kirchnerismo al peronismo disidente, Felipe Solá se encamina a convertirse en candidato testimonial a la fuerza. Atrapado por la parálisis legislativa, el ex gobernador vio alterados todos sus planes y ahora se le achica el margen para renunciar a su banca, que vence recién en 2011, y volver a postularse por el mix macrista peronista Unión-PRO.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Aunque Solá anunció que presentaría su renuncia una vez vencido el plazo para inscribir candidaturas ante la Justicia electoral, previsto para el próximo sábado, esa dimisión no tendrá efectos legales hasta tanto no sea aceptado por el pleno de la Cámara de Diputados. Así, en caso de que el Gobierno de Cristina de Kirchner no ordene que sesione el Congreso antes del 28 de junio, Solá deberá hacer campaña sin haber renunciado y como dueño de una banca obtenida como primer candidato del oficialista Frente para la Victoria. La última sesión de la Cámara de Diputados se remonta al 18 de marzo, justamente cuando el oficialismo aprobó el adelantamiento electoral. Desde entonces, la Cámara baja permanece virtualmente clausurada, los legisladores del interior ni siquiera asisten a las reuniones de comisión y los pasillos del Palacio Legislativo lucen desiertos. El kirchnerismo no convoca sesiones para evitar que el Congreso se convierta en una caja de resonancia de las críticas opositoras y priva así a radicales, macristas, socialistas y peronistas díscolos de una tribuna institucional donde puedan descargar su furia electoral.
«Los actos de este tipo deben tener límites y deben relacionarse con las instituciones. Siguiendo nuestros principios, entendemos que la actitud del Poder Ejecutivo de proponer el adelantamiento de las elecciones implica algo que definiría como trampa», había sido la queja de Solá en el recinto el día que se votó la alteración del cronograma electoral. Pero la trampa del oficialismo terminó alcanzando también al ex gobernador ya que, sin sesiones a la vista, no podrá lograr que el pleno de la Cámara le acepte la renuncia y se verá forzado a presentarse como candidato a diputado aún siendo diputado con mandato hasta 2011.
«De Narváez y Macri son dos vagos enormes: Macri gasta plata que le viene del padre y De Narváez, la que le viene del abuelo. Solá es un traidor por naturaleza», disparó ayer Aníbal Fernández, ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Eugenio Burzaco le respondió: «Fernández no puede acusar de vago a nadie».
La embestida kirchnerista contra Solá incluye gigantografías en la vía pública donde se ridiculiza al compañero de boleta de Francisco de Narváez y ahora se suma la posibilidad de dejar al ex gobernador atrapado en su banca para obligarlo a convertirse en un candidato testimonial sui generis, ya que si bien Solá no tiene previsto renunciar a su nueva banca, la de Unión PRO, estaría haciendo campaña para postularse a un cargo que ya ocupa bajo el pretexto de relegitimar su diputación. Solá había llegado a la Cámara de Diputados como primer candidato de la boleta del Frente para la Victoria que llevó a Cristina de Kirchner a la presidencia. Pero el ostracismo legislativo al que fue condenado por el Gobierno y la pelea con el campo convirtieron al diputado en un férreo opositor al kirchnerismo.
Dejá tu comentario