Hubo quienes quisieron "darle máquina" a la suba de ayer, afirmando que fue la mayor en dos semanas o que todos los sectores (liderados por el financiero y el de telecomunicaciones) terminaron del lado ganador. Lo cierto es que el 0,69% que avanzó el Dow al cerrar en 14.760,31 puntos fue apenas la mayor suba desde el martes pasado, y no demasiado diferente de la suba diaria promedio que viene rondando el 0,52% (tal vez más llamativo es el hecho de que fue la jornada de menor variación intradiaria de los últimos 14 días). Si bien la suba fue generalizada y tuvo algún sesgo hacia la toma de riesgo (el S&P 500 avanzó un 0,95%; el Nasdaq, un 0,82%; y el Russell 2000, el 1,07%) la semana aún está perdidosa en un 0,26%. La conclusión es entonces que si bien la suba puede ser bienvenida por los alcistas no significa "per se" un cambio de tendencia. De hecho podríamos decir que fue una recuperación acotada si tenemos en cuenta las noticias de la jornada: en primer lugar la cohorte de Ben Bernanke saliendo a tratar de calmar las aguas minimizando la reducción del QE3, a esto se sumó el anuncio que los precios de las viviendas treparon en abril un 1,7% anotando la mayor suba anual en siete años y que se registró la mayor venta de viviendas unifamiliares en cinco años, agreguemos que la confianza de los consumidores trepó al máximo desde enero de 2008 y que las órdenes de bienes durables subieron significativamente más que lo esperado y finalmente las declaraciones del Banco de China afirmando que la suba de sus tasas es un fenómeno estacional. En realidad las noticias fueron "tan buenas" que no hubiera sido raro que tuviésemos una jornada negativa. Atención: desde el último día de abril, el mercado no se anota más de dos subas consecutivas.
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