18 de noviembre 2010 - 00:00

Trompada peronista cerró debate

Trompada peronista cerró debate
Graciela Camaño se afirmó con las piernas semiflexionadas, acomodó a Carlos Kunkel con la izquierda y, con un cross de derecha, impactó con el puño cerrado sobre la mandíbula del diputado oficialista. Con este brote de violencia de la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales se produjo la virtual clausura del período ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, el mismo día en que la oposición bloqueó el quórum para el tratamiento en el recinto del Presupuesto 2011.

Un cierre legislativo que arroja un saldo complicado: apenas una sola sesión en los últimos dos meses, con la excepción del homenaje a Néstor Kirchner, y un final con un golpe de puño que coronó una jornada de denuncias cruzadas sobre supuestos sobornos para aprobar el frustrado Presupuesto 2011. El rapto de lucidez lo aportó la transversal Vilma Ibarra, quien en medio de explicaciones sobre llamados telefónicos entre funcionarios y legisladores reclamó: «Acá estamos para hacer política y aprobar leyes. Si alguien tiene alguna denuncia, que presente un escrito ante la Justicia. Y empecemos a trabajar en otros temas».

Siguió la trompada de Camaño a Kunkel, un enfrentamiento entre dos caciques peronistas, una disidente y el otro oficialista, sin revancha del diputado agredido, quien sólo atinó a reírse por la insólita reacción de la esposa de Luis Barrionuevo. Así celebraron el Día de la Militancia las distintas expresiones del PJ en Diputados. El sindicalista gastronómico, que se encontraba en Entre Ríos junto a Eduardo Duhalde, fue uno de los disparadores de la violencia de la legisladora del peronismo opositor.

La cronología de la trompada señala que Camaño pretendía diferir 24 horas la firma de los dictámenes de la comisión por las denuncias de la santacruceña Elsa Álvarez (UCR), Cynthia Hotton (Valores por mi País) y Elisa Carrió (Coalición Cívica) sobre presuntas presiones, favores y sobornos para facilitar la aprobación del Presupuesto en la sesión de la semana pasada. En ese momento, Kunkel comenzó a leer a los gritos el artículo 110 del reglamento de la Cámara donde se determina que los ditámenes deben ser firmados mientras sesiona la comisión: «Los despachos de Comisión sólo podrán ser firmados, en la sala respectiva, por los miembros asistentes a la reunión en que hayan sido aprobados; o a la mayor parte de las reuniones en que se los haya considerado, cuando éstas fuesen más de dos».

Mientras Kunkel subía la voz en la lectura del articulado, Camaño abandonó su silla y se plantó a la derecha de la silla del ex secretario general de la Presidencia. «La presidente de la Comisión soy y yo y usted me debe respetar, diputado», fue la exigencia de Camaño. Kunkel seguía leyendo mientras la diputada le movía la silla. Pero hubo una frase de Kunkel que tácitamente aludió a Barrionuevo: «Si diferimos estas denuncias 24 horas, va a pasar como en Catamarca, donde quemaron las urnas», en referencia a la interna del PJ catamarqueño que tuvo como protagonista en más de una ocasión al esposo de Camaño. «Engendro, pedazo de imbécil», le dijo Camaño a Kunkel, quien sin mirarla ni alterarse, le respondió: «Como tu marido, que dijo que había que dejar de robar por dos años, pero siguió robando». La jefa de Asuntos Constitucionales y precandidata a gobernadora de Buenos Aires no toleró que increparan así a su esposo y reaccionó con un violento golpe. Camaño levantó la reunión de comisión y sólo se presentó el dictamen de rechazo a las denuncias del Frente para la Victoria. Kunkel se retiró a su despacho en medio de risas y, por ahora, no denunciará la agresión física ni pedirá castigos para su colega.

No es la primera vez que Camaño queda envuelta en una escaramuza pugilística. Durante el interinato de Eduardo Duhalde, la entonces ministra de Trabajo intentó mediar en una discusión de Hugo Moyano con un empresario, pero el camionero arrojó un golpe resbaladizo que terminó impactando en la humanidad de Camaño.

Anoche, la diputada redactaba un pedido de disculpas a los integrantes de la Comisión de Asuntos Constitucionales y al pleno de la Cámara, no así a Kunkel. Y evaluaba someter a consideración de la Comisión su renuncia a ese cuerpo que tiene como vicepresidente primero al kirchnerista Alejandro Rossi.

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