16 de marzo 2022 - 00:00

Valioso tributo a pareja pionera en la abstracción

“Vida venturosa” reúne obras de Yente y Juan del Prete, y hace más explícitos sus vínculos.

vida venturosa. Una de las salas donde se exponen conjuntamente las obras de Yente y Juan del Prete.
vida venturosa. Una de las salas donde se exponen conjuntamente las obras de Yente y Juan del Prete.

El gran despliegue visual de “Vida venturosa”, la exposición que presenta el Malba acerca de Yente (Eugenia Crenovich, Buenos Aires 1905–1990) y Juan Del Prete (Vasto, Italia 1897–Buenos Aires, 1987), viene a cumplir con el deseo, nunca expresado hasta el presente, de brindarle mayor visibilidad a la intensa relación estética y amorosa de ambos artistas. La historia de la pareja pionera de la abstracción argentina, estatus que jamás reclamaron, se inició en 1935, durante un vernissage de Del Prete en Amigos del Arte. Y se prolongó sin vacilar durante media centuria. Si bien ambos participaron juntos en numerosas exhibiciones colectivas, sus obras se muestran reunidas por primera vez en el Malba. Hoy, a partir del trabajo curatorial de Marita García, es posible descubrir de qué modo nutrían mutuamente su imaginación y cuánto disfrutaban de los juegos creativos, al punto de aislarse voluntariamente del contexto no siempre amable que los rodeaba. Juntos surfearon sin temor las cambiantes olas de las vanguardias, desde el expresionismo al cubismo o el surrealismo, entre otras tendencias. En las más de 150 obras expuestas, se vuelve perceptible el goce del quehacer. Además, al observar la diversidad de abordajes y recursos, nada cuesta pensar que los movilizaba la intención de causar sorpresa el uno al otro.

Marita García, curadora en jefe del Malba, pone el acento en la libertad para pasar, sin marcar límites, de la figuración a la abstracción y también para servirse de los más diversos géneros (pinturas, esculturas, relieves, tapices, dibujos y libros de artistas) y materiales (temperas, tintas, óleos y otros, propios del “bricolaje infinito” al que se entregaron, según observa la artista Fernanda Laguna). Entretanto, la curadora desdeña la categoría de Yente como “discípula” de Del Prete. Por el contrario, a través del texto de Marita García se intuye la vulnerabilidad del “volcánico” Del Prete, un inmigrante italiano pobre y casi autodidacta, al que le costaba encontrar las palabras justas para expresarse. La “reflexiva” y sofisticada Yente, con sus estudios de filosofía y arte, disfrutaba al sentirse segura de sí misma, intelectual y físicamente. Ajena a los impulsos competitivos generalizados entre sus pares, la gran virtud de Yente fue su capacidad para proteger a Del Prete, rescatarlo de la desidia argentina y documentar la producción que en ocasiones destruyó por falta de espacio.

¿Qué duda cabe de que juntos disfrutaban de la vida y el arte? Ella era feliz trabajando sobre una mesita de luz, pero la legitimación del codiciado MoMA neoyorquino la alcanzó antes que a Del Prete. La exposición “Cercle et Carré” muestra a Yente desde el año pasado y hasta 2024, junto a Piet Mondrian y Joaquín Torres García, entre otros grandes abstractos de la colección del MoMA.

“Vida venturosa” es el elocuente título de una saga de seis libros de Yente. “La vida venturosa de Onofrio Terra d’Ombra”, narra las peripecias de “un pintor incansable y apasionado por colores y formas en constante transformación; (y) ella Fragilina, maestra de labores que bordaba por vocación”. El sentimiento de Fragilina cuando el pintor conoce su obra se resume en una frase: “Bajo la mirada de Onofrio, los bordados se volvían artísticos”. Allí, en los libros, figuran los viajes, las ideas, las obras y el amor, genuino amplificador de la creatividad.

Por lo demás, atenta a la obra del pintor, Yente destaca que “el piolín”, un elemento reiterado y distintivo. Sus líneas inspiraron las curvas de las paredes para el montaje de la exhibición. Del Prete utilizaba con frecuencia hilos en sus collages, “piolines” en realidad, según aclara Yente en sus libros de artista, acaso para diferenciarlo del mitológico hilo de Ariadna. En 1984, para atar una relación que perduró la vida entera sin deshilacharse, tres años antes de la muerte del pintor, escribió “Modesto testimonio. Homenaje al piolín”.

En 2009 Malba dedicó una exposición a Yente junto a Lidy Prati y sus propuestas abstractas. La curadora Adriana Lauría estaba acompañada por Marita García como co-curadora e investigadora. Han pasado 13 largos años y el trabajo de García adquiere una dimensión entonces insospechada. En la actualidad descubre la verdadera identidad de los personajes que atravesaron la vanguardia argentina y sus “búsquedas del fin de siglo”.

Las teorías de Gabriel Pérez Barreiro sobre la vanguardia y, de Ayelén Pagnanelli sobre los posibles dilemas de género, expuestos en el catálogo que acompaña la exposición, merecen sumar nuevos párrafos.

Las piezas de la exposición provienen mayormente del Acervo Yente–Del Prete, a cargo de Liliana Crenovich (sobrina de Yente y continuadora de la labor documental), además de varias colecciones, como la del Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Moderno de Buenos Aires, el Eduardo Sívori; el Museo Castagnino+Macro de Rosario, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Colección Amalita, entre otras.

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