Veteranos y deudos participaron en una manifestación en el centro de Londres, organizada por la Coalición Paren la Guerra, en solidaridad con las víctimas británicas e iraquíes y para condenar la invasión, que comenzó en marzo de 2003 y terminó con la retirada de las tropas británicas en 2009 y que lideró Estados Unidos con el apoyo del Reino Unido y España.
Alrededor de doscientas personas se congregaron a las puertas del Parlamento para la presentación del esperado informe Chilcot (ver pág. 20).
Tras una primera lectura del texto, los familiares de los 179 soldados británicos caídos en el conflicto anunciaron que estudiarán medidas legales contra "las partes implicadas" en la decisión de invadir el país árabe.
Su abogado, Matthew Jury, adelantó que en las próximas semanas analizarán el informe en detalle para ver si hay base para imputar a responsables gubernamentales, "si queda demostrado que actuaron de forma ilegal o abusaron de su poder".
"Me encantaría ver a Blair en un tribunal", declaró Rose Gentle, cuyo hijo Gordon murió en 2004, a los 19 años, cuando el todoterreno en el que viajaba (vehículo que posteriormente se consideró inadecuado para el escenario y la situación), explotó por la acción de una bomba en una carretera de la ciudad meridional iraquí de Basora.
"Espero que Blair se vaya a la cama y piense: '¿Qué diablos hice?', porque nunca será perdonado...", afirmó Gentle, quien añadió: "No se lo recordará como primer ministro, sino como la persona que los envió a los soldados a una guerra ilegal".
Agencia EFE |
Dejá tu comentario