Los bonos ecuatorianos se dispararon este martes y lideraron las subas entre los mercados emergentes luego de que su ministra de Economía anticipara una posible vuelta a los mercados en 2026. En Argentina, el presidente Javier Milei y ministro de Economía, Luis Caputo,también mantienen ese objetivo en el radar, incluso con aspiraciones más cercanas. El caso de Ecuador, ¿puede ser un anticipo de lo que podría pasar con la deuda argentina?
Bonos de Ecuador volaron tras promesa de retorno a los mercados: ¿anticipo de lo que podría pasar con Argentina?
Los bonos de Ecuador treparon con fuerza tras el anuncio de un posible regreso a los mercados en 2026. En Argentina, Milei y Caputo también apuntan a recuperar el acceso, y no descartan hacerlo incluso este año.
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Por lo pronto, la ministra de Economía y Finanzas ecuatoriana, Sariha Moya, afirmó en las últimas horas que el país andino planea regresar a los mercados internacionales en 2026, con el respaldo de organismos multilaterales. El anuncio, realizado durante una entrevista con el canal Teleamazonas, impulsó con fuerza a toda la curva soberana: el bono con vencimiento en 2030 escaló 2,3 centavos y cotizó cerca de 81 centavos por dólar, su mayor avance en casi un mes, según reportó Bloomberg.
Moya no brindó precisiones, pero el solo gesto de voluntad fue suficiente para entusiasmar a los inversores, que ya venían apostando por la deuda ecuatoriana. Los bonos acumulan un rendimiento del 14% en lo que va del año, uno de los mejores entre países emergentes, motorizado por el programa económico del presidente Daniel Noboa, que apunta a sanear las cuentas públicas y reactivar el crecimiento en una economía dolarizada.
"Esto está creando un clima propicio para un mayor apetito por los bonos ecuatorianos", señalaron desde StoneX, aunque advirtieron que el gobierno deberá estar preparado para shocks como una eventual baja en el precio del petróleo.
De concretarse, la colocación sería la primera desde 2019, más allá del canje de deuda por naturaleza de u$s1.000 millones que Ecuador realizó en 2023 con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo (DFC) de EEUU.
Ecuador mantiene además un acuerdo por 48 meses y u$s4.400 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y enfrenta vencimientos por unos u$s15.000 millones en bonos globales en los próximos años.
Retorno a los mercados: ¿puede seguir Argentina?
El caso ecuatoriano no pasa inadvertido en el mercado financiero argentino. La semana pasada, el Tesoro concretó la emisión del Bonte 2030, suscribible en dólares y pagadero en pesos, dirigido exclusivamente a inversores no residentes. Se trata de la primera colocación de este tipo en los mercados globales tras siete años.
La colocación, por el equivalente a u$s1.000 millones, mostró un buen nivel de demanda (ofertas por u$s1.700 millones), aunque la tasa de corte fue elevada (29,5% en pesos). “Lo más relevante no es la tasa, sino el regreso al radar de los mercados internacionales”, indicó un informe de Orlando J. Ferreres & Asociados, que resalta además que esta apertura resulta clave para la sostenibilidad del programa económico.
El tamaño del mercado financiero local es muy reducido, por lo que se necesita del mercado global para facilitar la administración de la deuda pública, remarcan en la city.
El Gobierno confía en que el orden fiscal, la caída de la inflación (varias consultoras proyectan que en mayo perforó el 2%) y el respaldo del FMI allanen el camino para nuevas emisiones. Aunque no hay fechas precisas, Milei y Caputo ya expresaron su voluntad de volver a los mercados voluntarios, incluso este mismo año si las condiciones lo permiten.
"El acuerdo con el FMI debería ayudar a comprimir el riesgo país, lo que a su vez permitirá que Argentina recupere el acceso a los mercados", sostuvo Caputo en marzo pasado, enfatizando que el objetivo del Gobierno es estabilizar la economía y mejorar las condiciones de financiamiento para el país.
A diferencia del escenario de apertura de 2016, el actual contexto internacional es más adverso: las tasas de interés en EEUU están en torno al 5% y la aversión al riesgo es mayor. Sin embargo, en el mercado creen que si la macro argentina sigue mejorando, el precio de los bonos podría subir y habilitar nuevas colocaciones a menor costo.
Más allá de esto, desde mediados de abril, el panorama financiero para Argentina mostró mejoras sustanciales, tanto por factores externos como internos. A nivel internacional, los spreads de deuda emergente se comprimieron -en particular en el segmento de créditos CCC & Lower, con una baja de más de 150 puntos básicos-, mientras que en el plano local, la salida del cepo cambiario disipó parte de la incertidumbre macro y provocó una fuerte compresión del riesgo país, que cayó en torno a 200 puntos básicos desde entonces.
Este cambio permitió que la deuda argentina comenzara a diferenciarse de los peores créditos globales, como Angola, y se acercara a países con calificación B-, como Egipto o Nigeria, según destacó un informe de Delphos Investment. Si bien el país aún no logró una mejora formal en su calificación, los analistas consideran que ese paso es inminente. A su vez, proyectan una compresión adicional de al menos 100 puntos básicos en el riesgo país, lo que abriría espacio para una apreciación adicional en los títulos soberanos.
En la misma línea, Matías Waitzel, socio de AT Inversores, se mostró optimista respecto al recorrido que aún podrían tener los bonos soberanos: "Habrá un fuerte repunte cuando el escenario político quede más alineado con el oficialismo. Ahí podemos ver una compresión de riesgo país del orden de 500 puntos básicos, con bonos largos rindiendo entre 8 y 9%, lo que implicaría subas del 20% en esos títulos”.
En este contexto, Delphos recomienda una estrategia de doble exposición dentro de la curva hard-dollar: en el corto plazo, el GD30 se destaca por su buena performance reciente y su sensibilidad ante una pendiente más positiva de la curva. Para inversores con mayor tolerancia al riesgo y horizonte más largo, el GD38 (o AE38, según legislación) se mantiene como una alternativa atractiva, tanto por su duración como por el potencial de convergencia con créditos de calificación superior.
Así como Ecuador encendió una señal positiva en el radar de los inversores globales, la reciente jugada argentina podría ser el primer paso de un regreso más amplio. Todo dependerá de si el programa económico logra sostenerse y ganar credibilidad, a la espera de señales concretas en materia de acumulación de reservas, un resultado electoral favorable para el oficialismo y, consecuente con ello, la puesta en marcha de diversas reformas estructurales.
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