El año electoral está por terminar y con el resultado favorable para La Libertad Avanza (LLA) las proyecciones de las principales variables de la economía, como el dólar y la inflación para el 2026, tienen un sesgo más positivo que el que tenían previo al 26-0. Sin embargo, el plan económico no está libre de riesgos y son varios los puntos en que el equipo de Luis Caputo tendrá que afinar el lápiz para lograr acumular reservas, y generar una baja en el riesgo país que le permita acceder al mercado internacional de deuda y así rollear los abultados vencimientos en moneda extranjera.
Dólar e inflación 2026: las últimas proyecciones del mercado y los tres riesgos que pueden alterar el rumbo
La city ya hace sus proyecciones para el próximo año sobre variables claves de la economía como la inflación y el dólar oficial. También se aventura a analizar si seguirá o no el régimen de bandas cambiarias y si el riesgo país comprime lo suficiente para acceder al mercado internacional de deuda.
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Inflación y dólar, la city ya brinda sus proyecciones para este año.
Desde Adcap Grupo Financiero, el escenario base que proyectan para el año que viene plantea una inflación en torno al 20% anual, mientras que prevén un tipo de cambio real similar al nivel en que cerrará este 2025. A su vez, estimaron que hacia fin de año, el Gobierno podría eliminar las bandas cambiarias, junto con los controles de capital para empresas.
"Bajo un nuevo régimen monetario basado en el control de los agregados, el Banco Central podría reconstruir reservas -particularmente durante la principal temporada de la cosecha- y recuperar el acceso a los mercados internacionales. Si tiene éxito, el objetivo sería comprimir el riesgo país hacia los 400 puntos básicos", ampliaron desde Adcap Grupo Financiero, sobre sus proyecciones para el próximo año.
Por su parte, Leonardo Anzalone, director del CEPEC, opinó: "Para 2026 el escenario base que proyectamos contempla un tipo de cambio algo más alto que el actual, principalmente, por la necesidad del Gobierno de acumular reservas y evitar un atraso cambiario. Es probable que el BCRA busque sostener una dinámica de microdevaluaciones más activas, permitiendo que el dólar acompañe la inflación para no perder competitividad externa".
En ese contexto, Anzalone advirtió que la inflación debería continuar desacelerando, aunque todavía en niveles de dos dígitos altos, en torno al 25%–30% anual, "con un crecimiento económico más moderado, afectado por la contracción que viene mostrando la actividad y un consumo que aún no termina de recomponerse".
Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, con el resultado de las elecciones favorable a LLA se abre un escenario "más tranquilo" en donde si el Gobierno da ciertas señales, "podemos ir un año en donde la inflación siga bajando". "Hoy en día estamos con una inflación en torno al 2%, el año va a cerrar en 28%-29%, y podríamos esperar para el año que viene que esté por debajo de ese número", amplió.
Para este experto, según lo charlado con Ámbito, si el año entrante hay una buena cosecha y el Gobierno puede renovar sus vencimientos, se facilitaría el ingreso de dólares al país, por lo que "es probable que el tipo de cambio pueda manejarse con cierta tranquilidad" y que eso ayude a que siga bajando inflación, pero "persistiendo en el ajuste fiscal". "En el 2024 la inflación había sido 120%, este año estamos cerrando en 28% y podremos ver una nueva baja el año que viene", cerró.
Según el último REM que publicó el Banco Central, que recopila las proyecciones macroeconómicas de analistas especializados (consultoras, bancos, universidades, etc.), proyectó una inflación del 19,5% para el 2026, mientras que el tipo de cambio para fin del año próximo lo ubica en $1811,5, un 18% por encima del que prevé a fin de este año en $1.536,33.
Apretón monetario y tasas de interés: las otras variables que mira el mercado
Desde Empiria proyectan que hasta que se decida un cambio de régimen cambiario, la tasa de interés superará a la inflación y al ritmo devaluatorio. "Al momento del cambio, sea por una eliminación o relajación de la banda, si además se acompaña de la liberalización del cepo para los flujos de las empresas, que es la señal de largada para la inversión, el presumible salto cambiario –acotado, no explosivo- invertiría el orden de las variables nominales".
Para este análisis luego habrá un posterior traslado a precios pero sería acotado -entre 30% y 40%, como ya ocurrió en el deslizamiento cambiario entre julio y septiembre- y la tasa de interés (que llegó a trepar a 135% TNA el martes pasado para empresas) colapsaría a niveles reales positivos pero bajos, "dado que ya sería innecesario retener pesos ante una devaluación esperada, y menos volátil (favoreciendo el ahorro y el crédito)", ampliaron.
Desde PPI, a su vez, creen que el apretón monetario seguirá cediendo, lo que podría empujar las tasas reales a la baja. "Sin embargo, persisten dudas sobre las expectativas de inflación en las próximas semanas. El rebote esperado en la actividad, junto con una política monetaria más laxa, podrían sostener la inflación en torno al 2% mensual por más tiempo del previsto. Incluso el frente fiscal podría relajarse en los próximos meses, en busca de los consensos que el Gobierno necesita en el Congreso".
Cabe resaltar que la tasa de interés está sufriendo una fuerte compresión tras las elecciones de medio término. En la actualidad, a falta de tasa de política monetaria, el BCRA utiliza las ruedas simultáneas de BYMA para fijar un nivel que está en estos momentos en el 22% TNA. Esto se logró, además, con algunos cambios que permitieron flexibilizar el apretón monetario como un "roleo" de deuda en pesos más bajó en la última licitación del Tesoro de octubre, y el cambio en el computo de encajes bancarios que ahora la exigencia diaria se bajó al 95%, y el 100% vuelve a ser mensual.
Los tres principales riesgos para el equipo económico
Para Adcap, hay tres riesgos latentes que podrían complicar que las variables económicas alcancen un equilibrio. El primero de ellos es relajar la política monetaria demasiado pronto porque "un error similar al de mediados de 2024 podría desanclar las expectativas y erosionar la credibilidad del Banco Central".
El segundo punto tiene que ver con una recuperación de la economía que no logre despegar. "Si la actividad no se reactiva, el desempleo podría aumentar y la popularidad de Milei deteriorarse abruptamente", señalaron desde Adcap.
Y el último tiene que ver con el factor político: una oposición más combativa. "Las facciones más radicales podrían apropiarse de la agenda de reformas para confrontar agresivamente al Gobierno", remarcaron en el marco de las discusiones sobre la reforma laboral y tributaria.
Para Anzalone, en tanto, "el principal desafío para el equipo económico pasa por mantener el equilibrio fiscal, sin frenar algo la recuperación y, al mismo tiempo, seguir acumulando reservas en un contexto en el que la balanza comercial todavía es frágil. El 2026 se perfila como un año de transición: con menos nominalidad, pero sin margen para relajarse en materia cambiaria ni fiscal".
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