El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló esta semana que no se acelerará el crawling peg del tipo de cambio oficial, que se mantiene en 2% mensual tras la devaluación de diciembre, y despejó, así, las dudas sobre la necesidad de un salto devaluatorio en los próximos meses. Si bien en el mercado hay optimismo en general, está dividido sobre si creer o no sus palabras y esto se ve reflejado en las apuestas que hacen respecto de la evolución de la cotización para los próximos meses.
Dólar: ¿el mercado convalida la promesa de Caputo de no devaluar?
Los analistas le pusieron precio al tipo de cambio oficial, el cual pierde competitividad, mientras que el efecto causado por la devaluación, se va desvaneciendo.
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Caputo ratificó su plan para el dólar.
A medida que el Gobierno continúa con determinación la progresiva depreciación del peso, los analistas del mercado evalúan la sostenibilidad de esta estrategia, frente a una elevada inflación que, según Caputo, comenzará a bajar. Esto es clave para evitar una devaluación futura, pues, según Labour Capital & Growth (LCG), el tipo de cambio real aún se encuentra en un 40% por encima del valor de diciembre pasado y una continuidad en la escalada inflacionaria podría afectar la competitividad cambiaria en poco tiempo.
Dólar futuro: qué dicen los contratos
Al observar los contratos de dólar futuro pareciera que la expectativa de una devaluación se aleja. En el Matba-Rofex, se negocia un dólar mayorista de $846 para finales de febrero, que es un 1,4% más alto que en la actualidad. Para marzo, se proyecta un valor de $881, lo que representa una devaluación del 4,2%. Las proyecciones más optimistas sugieren un dólar oficial mayorista de $1.750 para finales de diciembre.
De esta manera, podría interpretarse que la dinámica del mercado respalda un cierto incremento en el ritmo de devaluación, superando el actual 2% mensual. Sin embargo, no se anticipa un salto abrupto en el tipo de cambio de la misma magnitud que el ocurrido en diciembre de 2023 (que fue del 118%).
Y es que, al analizar las proyecciones de las consultoras y los analistas de la City, podría ser que las estimaciones no sean tan optimistas como las del Rofex y se cocinan algunas dudas sobre la “sostenibilidad de la estrategia Caputo”.
¿La City le cree a Caputo?
A pesar de que el ministro de Economía descartó una próxima devaluación, los analistas financieros consideran que el valor del dólar mayorista podría experimentar un aumento, en línea con otras variables económicas.
Así, las proyecciones más pesimistas son de LCG, que anticipa un valor de $3.635 para fin de año, atribuyendo esto a una inercia inflacionaria que podría prolongarse hasta marzo. Otras proyecciones negativas proceden de consultoras como:
- Equilibra ($3.000)
- Econviews ($2.803)
- Analytica Consultora ($2.388)
- Fitch and Ratings ($2.375)
- Orlando J. Ferreres & Asociados ($2.255)
- VDC Consultora ($2.235)
- S&P Global Ratings ($2.100).
Los datos se desprenden de la encuesta hecha a 40 analistas ejecutada por FocusEconomics.
Sebastián Menescaldi, de Eco Go, explica en diálogo con Ámbito que el tipo de cambio real ha estado fluctuando recientemente y se encuentra ahora por debajo del valor de equilibrio pronosticado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual indicaría una apreciación. Sin embargo, determinar si este valor es adecuado o no “depende en gran medida del éxito del plan de estabilización y los eventos futuros”, dice.
Las variables que determinarán el futuro del dólar
Para el analista, si el plan de estabilización no funciona, el Gobierno “va a tener que devaluar”. Sin embargo, Menescaldi es cauto al respecto y sostiene que hay tres puntos a monitorear desde el punto de vista económico:
- Si la inflación sigue bajando, lo cual “en principio viene bien”.
- Si el BCRA sigue comprando dólares.
- Si el resultado fiscal sigue siendo superavitario.
Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, sostiene, en tanto, que el tipo de cambio real actual “no se encuentra ni barato ni caro”. Sin embargo, aclara que no refleja un equilibrio, “ya que la existencia del cepo” indica todo lo contrario.
El analista explica que, en un escenario de libre mercado, el tipo de cambio real sería más alto, acompañado de un tipo de cambio nominal también más elevado, por lo que “la sostenibilidad de esta situación es cuestionable, especialmente si la inflación continúa aumentando”.
Aunque por el momento hay una buena liquidación de exportaciones en el mercado, “esto no puede mantenerse indefinidamente, ya que un crawling al 2% con una inflación más alta no es sostenible a largo plazo”. La apreciación actual del tipo de cambio hace que esta situación sea insostenible, y su duración dependerá de cuándo el mercado deje de liquidar y exija un ajuste, presionando las reservas, concluye Reschini.
Por su parte, Claudio Caprarulo, de Analytica Consultora, opina en diálogo con este medio que “la apreciación del tipo de cambio actual no es sostenible”. Y es que considera que es esperable que entre abril y mayo seguramente haya un cambio en la política monetaria con el fin de “alentar las exportaciones del agro”. Así, agrega que hoy el mercado financiero “ve una aceleración en la tasa de crawling, pero no un salto discreto”, lo que se traduce en un escenario optimista.
Por último, Joel Lupieri, de la EPyCa Consultora, agrega que dada la inflación imperante, que corre alrededor del 15% u 20% mensual, “contra un tipo de cambio que se mueve al 2% es necesario hablar de un cambio oficial que se atrasa día a día”.
No obstante, Lupieri advierte que tomando en cuenta la falta de liquidez en el sistema, “es esperable que el valor oficial del dólar tenga menos presiones para saltar y actualizarse”, muy en línea con lo que espera Caputo. Para Lupieri, en sintonía con Reschini, “el esquema monetario es tan restrictivo que el tipo de cambio oficial podría continuar con el 2% de crawling por algunos meses más”.
Así las cosas y por el momento, parece ser que el consenso de los analistas, aunque con ciertas dudas y reproches, convalida un aumento del ritmo devaluatorio más allá del 2% mensual, pero no se espera una devaluación de la magnitud que se aplicó en diciembre pasado. El mercado, en general, parece darle un voto de confianza, aunque sea por un tiempo, al “Messi de las finanzas”.
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