De acuerdo con los últimos sondeos sobre los flujos de capitales de inversores no residentes hacia los mercados emergentes se observa una importante recuperación en la última parte del año pasado que implicó un ingreso neto de más de 43.000 millones de dólares en noviembre pasado. Así lo refleja el último Capital Flows Tracker del Institute of International Finance (IIF) que registra flujos de cartera hacia bonos de mercados emergentes por 28.600 millones de dólares más otros 14.800 millones de dólares en acciones emergentes. De modo que el monitoreo del IIF, think tank de la banca mundial con sede en Washington, estima que los valores de los mercados emergentes atrajeron alrededor de 43.400 millones de dólares en noviembre de 2023. “Este resultado positivo pone fin a un episodio de salida de capitales de tres meses de duración en todo el complejo de mercados emergentes”, destaca el economista del IIF, Jonathan Fortun, quién agrega que la performance general se explica principalmente por importantes entradas de capital hacia los mercados emergentes excluyendo a China. Al respecto, señala que las acciones y los bonos chinos han seguido sufriendo salidas de capital, totalizando alrededor de 3.700 millones de dólares en noviembre. Por el contrario, el IIF ve que la deuda y las acciones de los mercados emergentes excluyendo a China se recuperan del episodio de salida de capitales del trimestre agosto-octubre. “Esto marca una clara bifurcación entre China y el resto de los mercados emergentes, lo que sugiere un cambio en el sentimiento de los inversores”, afirma Fortun.
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Hubo una fuerte recuperación de los flujos hacia los emergentes
Luego de un trimestre de sequía, con fuertes salidas, en el último tramo de 2023 los activos de este tipo de mercados recibieron una importante entrada de capitales de no residentes.
Con relación a los bonos de los mercados emergentes (excluyendo a China) el relevamiento del IIF muestra que han experimentado una entrada importante durante noviembre, por un total de alrededor de 32.900 millones de dólares. “Este efecto se explica principalmente por una visión más benigna sobre la inflación en todo el mercado, así como por las perspectivas de tasas de interés menores en los próximos meses”, argumenta el IIF. En tal sentido, la entidad da cuenta que sus datos también muestran un sólido desempeño de la deuda de las empresas locales. Dice Fortun al respecto: los rendimientos de la deuda local de los mercados emergentes están ganando momentum, preparando esta clase de activos lista para su mejor desempeño desde 2019. Pero si bien la duration (años al vencimiento) de la deuda emergente está funcionando bien, el repunte del rendimiento sobre los bonos del Tesoro de EE.UU. es limitado. Por ende, el IIF advierte que esto obliga a los bonos de los mercados emergentes a competir con activos libres de riesgo y potencialmente perder algo de fuerza en el proceso.
En cuanto a las acciones de los mercados emergentes, sin contemplar a China, también se han beneficiado de un mejor rendimiento en los mercados desarrollados, con una entrada total de 14.200 millones de dólares en noviembre. Mientras que las acciones chinas apenas recibieron un flujo neto de 600 millones de dólares.
Por otro lado el último Capital Flows Tracker advierte que los rendimientos de las divisas de los mercados emergentes seguirán estrechamente vinculados a la economía estadounidense en 2024. “Creemos que unas perspectivas más sólidas para la economía estadounidense (mientras Joe Biden se juegue la reelección) junto con una desinflación más rápida de lo esperado beneficiarán el panorama general en los próximos meses”, estima la entidad. Con respecto a este punto señalan que la inflación en los países emergentes está volviendo gradualmente a los rangos objetivos y una disminución de la incertidumbre en materia de política económica ha ayudado a estabilizar la volatilidad de las monedas. “Los flujos hacia los mercados emergentes no chinos deberían beneficiarse de la caída de la inflación global, a medida que los bancos centrales de las economías avanzadas se vuelven menos agresivos”, apuesta el IIF. Sin embargo, indica, que los flujos hacia China seguirán estancados por el elevado riesgo geopolítico y un cambio en el sentimiento de los inversores.
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