Damián Córdoba y los dueños de un bar podrían pagar una multa de hasta $500.000

El cuartetero y los propietarios del local fueron imputados por violar las restricciones sanitarias vigentes por la pandemia de coronavirus.

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El cuartetero Damián Córdoba fue imputado por violar las restricciones sanitarias vigentes por la pandemia de coronavirus, al cantar en un show que se realizó el pasado fin de semana en un bar de la capital cordobesa, cuyos propietarios también fueron acusados, informaron fuentes judiciales.

La información detalla que el cuartetero catamarqueño, radicado en Córdoba, y los propietarios del Visionaire Ruin Bar fueron imputados por infracción al artículo 205 del Código Penal, que establece penas de entre seis meses y dos años de prisión por violar las medidas adoptadas para impedir la introducción o propagación de una epidemia.

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Por otra parte, las fuentes indicaron que deberán responder económicamente con multas, de entre $5.000 a $500.000, como lo establece la ley provincial 10702 del Régimen Sancionatorio Excepcional de Emergencia Sanitaria, por incumplimiento de protocolos, disposiciones y resoluciones sanitarias.

La causa está a cargo del fiscal de Instrucción Carlos Cornejo, a partir de la denuncia promovida por el municipio capitalino tras conocer el hecho que ocurrió el pasado sábado cuando el cantante concurrió al bar, ubicado en el barrio Nueva Córdoba, y luego comenzó a cantar en un espacio abierto.

Lo sucedido se viralizó a través de videos por las redes sociales, y allí se podía ver una gran cantidad de personas bailando, sin distanciamiento ni uso de tapabocas, mientras el cuartetero cantaba arriba de un escenario.

El municipio retiró definitivamente el permiso habilitante al bar, en tanto Córdoba hizo el descargo mediante un video, donde manifestó estar “muy triste” por los comentarios y las críticas de la gente en las redes sociales.

Asimismo, el cantante explicó que había concurrido al bar para almorzar tras la invitación de los dueños, que son amigos, y que en ese lugar que estaba al aire libre, había un DJ que ponía música y algunas chicas que cantaban.

Cuando la gente advirtió de su presencia, “comenzó a aplaudir, comenzó a silbar, y créanme que me pusieron entre la espada y la pared. Y ustedes me conocen muy bien: yo soy un artista y el impulso pudo más,, y subí”, concluyó.

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