El debate sobre el cambio de hora sumó un nuevo matiz. En diálogo con C5N, el antropólogo Gonzalo Iparraguirre, especialista en gestión del tiempo, aseguró que la propuesta de pasar del huso -3 GMT al -4 GMT es “un buen comienzo”, aunque sostuvo que las provincias cordilleranas podrían adaptarse mejor al -5 GMT.
La Argentina con dos husos horarios: qué dicen los expertos sobre el plan para cada región del país
El cambio al huso -4 GMT sería solo un primer paso: algunas provincias podrían adaptarse mejor al -5 GMT por sus condiciones geográficas.
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El debate por el huso horario vuelve a escena: expertos sugieren que Argentina podría dividirse en dos zonas horarias.
Según explicó, la Argentina mantiene un horario que no responde a su geografía. “Hoy en día estamos en un huso horario incorrecto que hace que no aprovechemos el sol del mejor modo y, de hecho, el -4, que es un poco la propuesta que se pretende cambiar ahora, sería para una parte del país”, señaló.
El experto precisó que Buenos Aires, por ejemplo, se encuentra en la mitad del huso -4, que comienza en la costa de Brasil. Por eso, propuso que “lo ideal sería que esté en -4 todo el país y las provincias de la cordillera, sobre todo los municipios, tengan la posibilidad de decidir alternar con el -5 o quedarse en el -5”.
Ejemplos internacionales y ventajas tecnológicas
Recordó que en varios países existen dos o más zonas horarias, como ocurre en Estados Unidos, y que no representa una complicación administrativa. “Hoy en día la informática te permite hacerlo automáticamente y no hay ningún problema administrativo”, subrayó.
Repensar los horarios de las actividades
Más allá del cambio puntual de huso, el antropólogo sugirió ampliar el debate hacia las llamadas políticas del tiempo. “Mantengamos el -4 y repensemos el horario de ingreso a las actividades. El ‘horario ideal’ hay que ajustarlo a las realidades de las comunidades, de la ciudad, de las actividades comerciales”, destacó.
En esa línea, propuso que los horarios escolares o laborales se adapten a las condiciones locales, incluso de manera estacional. “En vez de cambiar la hora a -3, cambiás la hora de las escuelas. Si en invierno todavía es de noche, no tiene sentido que entren a las 7 u 8, podrían hacerlo a las 9”, ejemplificó.
De este modo, la discusión sobre el huso horario trasciende lo energético e invita a repensar cómo la organización del tiempo impacta en la vida cotidiana de millones de argentinos.
El proyecto de ley aprobado por Diputados
El proyecto que aprobó Diputados no solo busca adoptar UTC-4 como horario oficial, sino también abrir la posibilidad de volver a UTC-3 en verano, un esquema similar al que se implementó entre 2007 y 2009 con la Ley 26.350. En esa oportunidad, el experimento se abandonó porque el beneficio energético no fue tan claro como se esperaba.
Con 151 votos afirmativos, 66 negativos y 8 abstenciones, la iniciativa logró superar un obstáculo que había trabado intentos previos en 2022 y 2024. Ahora será el Senado quien defina si Argentina vuelve a sincronizarse con sus vecinos: Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Venezuela, todos en UTC-4.
De aprobarse, el Gobierno deberá anunciar la fecha de implementación y coordinar con instituciones, escuelas, empresas y hasta el transporte.
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