La resaca, se tornó en un mal común de la sociedad después de una noche festiva. Sin embargo, no a todo el mundo le afecta igual la ingesta de alcohol. La respuesta varía mucho en función de cada individuo, de factores ambientales y temporales.
Por qué no debemos tomar paracetamol para combatir la resaca
Aunque el paracetamol es eficaz para tratar el dolor, no tiene propiedades antiinflamatorias necesarias para mitigar los efectos asociados con la resaca.
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Todos ellos pueden afectar de forma importante a la hora de sufrir esta inevitable sensación de indisposición. Aunque sabemos cuáles suelen ser sus desencadenantes, se desconoce todavía cuál es la causa específica que provoca que padezcamos resaca.
Tampoco sabemos cuáles son las razones que se esconden detrás de todos los efectos asociados a ella. En estos últimos años, algunos investigadores relacionaron el malestar y los síntomas con un origen inmunológico que desencadena la liberación de sustancias endógenas relacionadas con el dolor y con los procesos inflamatorios.
Estas serían las principales causantes del dolor de cabeza y del malestar corporal general. Como todo problema tiene solución, existen distintos fármacos a nuestro alcance para lograr llevar estos síntomas de la mejor manera posible.
Si pasaste por una de estas etapas, probablemente hayas recurrido al paracetamol o al ibuprofeno a la espera de resultados milagrosos para mitigar los síntomas.
En primer lugar, el paracetamol es un fármaco con propiedades analgésicas y antipiréticas, muy eficaz para controlar la fiebre o tratar el dolor. Por eso es uno de los medicamentos de elección para tratar procesos que cursan con dolor. Sin embargo, estas moléculas no tienen actividad antiinflamatoria, por lo que si el dolor está asociado a procesos inflamatorios es menos eficaz.
Este medicamento, a dosis terapéuticas, es seguro y no presenta efectos tóxicos. Una vez absorbido y en el torrente circulatorio se metaboliza en el hígado y la molécula intacta y sus metabolitos se eliminan a través del riñón principalmente.
Por su parte, el ibuprofeno pertenece al grupo de antiinflamatorios no esteroideos y posee actividad antipirética, analgésica y antiinflamatoria. Normalmente se prescribe para dolor causado por procesos inflamatorios como puede ser artritis, dolor de dientes o muelas, lesiones musculares o dolor menstrual.
A diferencia del paracetamol, el ibuprofeno no produce daños a nivel del hígado, si bien debido al propio mecanismo de acción antiinflamatorio puede afectar a la mucosa gástrica y dañar esta barrera protectora del estómago. Pero lo hará en menor medida que otros fármacos del grupo de los antiinflamatorios.
En resumen, si tuviste una noche agitada, lo más aconsejable para combatir la resaca es el ibuprofeno. De manera adicional, si tal como se describe la resaca está asociada a un proceso inflamatorio, el ibuprofeno además de su acción analgésica va a actuar sobre la inflamación y, por lo tanto, será más eficaz.
De todos modos, hay que tener precaución sobre este, ya que puede potenciar la actividad irritante del alcohol a nivel gástrico, al alterar la barrera del estómago.
Pero esto no suele ocurrir tras ingerir una única dosis adecuada de este antiinflamatorio, sino tras la toma continuada del mismo cuando se emplean dosis muy elevadas.
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