Los camaristas Eduardo Freiler y Eduardo Farah confirmaron ayer -como adelantó este diario- el procesamiento del ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner Gustavo Beliz por haber revelado presuntamente secretos políticos y militares.
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Los jueces también confirmaron el embargo del ex ministro por $ 100.000 que decretó el juez federal Sergio Torres, cuando lo procesó meses atrás.
De esta manera, el ex líder del Partido Nueva Dirigencia queda a un paso del juicio oral y podría ser condenado con uno a seis años de prisión. La causa contra Beliz se inició luego de que en julio de 2004 participara del programa «Hora Clave», conducido por Mariano Grondona. En aquella ocasión, el ex funcionario exhibió la fotografía de Luis Stiusso, agente de la Secretaría de Inteligencia del Estado y uno de los jerarcas con mayor antigüedad de ese organismo. Lo hizo luego de que el Ministerio de Justicia manejara con cierta ineficiencia los revoltosos episodios ocurridos aquel entonces, cuando el activista Luis D'Elía tomó una comisaría junto a violentos manifestantes. También se llevaron a cabo graves destrozos en las adyacencias de la Legislatura porteña, en protesta por la sanción del Código de Convivencia.
Como consecuencia de estos incidentes se desató una serie de acusaciones entre la SIDE y el propio ex ministro, quien no supo manejar la situación y finalizó su período en la cartera judicial por dar a conocer información confidencial de Estado.
En su defensa, Beliz había dicho que «era bueno que todos conociéramos la cara de quien maneja en realidad dicha institución», en referencia a la central de inteligencia a la que atribuía operaciones en su contra.
Sin embargo, los camaristas, al refutar los argumentos de los abogados del ex ministro, Oscar Rabinovich y Pablo Slonimski, afirmaron que «este actuar no puede justificarse en la creencia de que no se estaba ante una información confidencial; es posible que alguien conociera el nombre de Stiusso, pero eso no significa que pudiera individualizar su fisonomía como sucedió al ser exhibida la fotografía en la televisión».
El fallo, de una decena de páginas, contiene una crítica severa a Beliz: «So pretexto de presentarse ante la opinión pública como adalid de la lucha contra la corrupción pretende infructuosamente ignorar el daño irreparable que conlleva la ligereza con que se refirió a múltiples hechos, reales o supuestos, de corrupción administrativa».
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