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Culpará un juez al Estado por caída de avión militar

La caída de un
avión militar
Mohawk de la
Fuerza Aérea
Argentina en
setiembre del
año pasado se
la atribuirá un
fallo judicial
(cuyo contenido
pudo conocer
este diario) a la
falta de presupuesto
para
mantenimiento
de aviones y
entrenamiento
de sus pilotos.
Recomendaba medidas urgentes porque no se alcanzaban las condiciones de aeronavegabilidad y señalaba falta de presupuesto para sostener el ciclo de mantenimiento planificado en las entidades técnicas responsables.
Tras la seguidilla de accidentes aéreos que costaron vidas, el gobierno recurrió a asignaciones presupuestarias de emergencia. Insuficientes, pues se trata de encarar un plan logístico metódico, más que interminables explicaciones del subsecretario Gustavo Sibilla ante el Congreso para justificar las deficiencias de gestión.
En 1998, por unanimidad de todos los bloques en ambas cámaras del Parlamento, fue sancionada la Ley de Reestructuración Militar, que contemplaba destinar durante cinco años consecutivos, y en forma escalonada,alrededor de 100 millonesde dólares para reequipamiento militar. La ley nunca se cumplió ni siquiera en estos años de superávit fiscal de la gestión kirchnerista, una prueba irrefutable del desinterés congénito del gobierno por la temática castrense. Interesa más la expansión de la estructura política con la creación de nuevas secretarías en el ministerio como Perfeccionamiento Educativo para Martín Gras, ex militante montonero que sobrevivió a la ESMA y Asuntos Internacionales asignada a José María Vásquez Ocampo.
En la gestión de Raúl Alfonsín, las Fuerzas Armadas sufrieron el primero de una larga serie de violentos recortes presupuestarios. La tendencia continuó durante la época menemista y persiste en la actualidad. Entre 1993 y 1994 el gobierno de Menem compró 25 aviones Mohawk, pero en 1999 ya quedaba una decena en condiciones operativas y el resto había pasado a desuso. En la actualidad, sólo seis estaban en servicio. El juez Suares Araujo estaría a punto de anunciar que la caída del avión se debió a una falla técnica seguida de un probable error humano del piloto por deficiencia en el adiestramiento para resolver emergencias. Este último punto traerá consecuencias políticas. ¿Puede achacarse error humano o falta de pericia cuando los fondos asignados para capacitación de los aviadores son escasos o no llegan a las reparticiones operativas? Los jefes militares se ven obligados a sobrellevar el adiestramiento con tan pocas horas de vuelo que bordean los estándares de seguridad recomendados por la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional). Y eso que por la naturaleza de las operaciones aéreas militares, los pilotos de guerra están muy lejos del trabajo que realizan sus colegas de la aviación civil y comercial. El estándar del entrenamiento de vuelo es más exigente y las maniobras se llevan al límite tal como se haría en combate.
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