18 de mayo 2023 - 00:00

La competitividad del peso se mantiene estable pese a que el crawling peg corre por detrás de la inflación en 2023

En las primeras dos ruedas de la semana, la autoridad monetaria sostuvo un ritmo de depreciación del 5,8% y 7,14% TEM respectivamente. En lo que va de mayo, el crawling peg acumula un ritmo mensual del 7,3%.

En lo que va de mayo, el crawling peg acumula un ritmo mensual del 7,3%.

En lo que va de mayo, el crawling peg acumula un ritmo mensual del 7,3%.

El Gobierno anunció un paquete de medidas el pasado domingo con el fin de frenar la fuerte aceleración inflacionaria, luego de conocerse el 8,4% de abril. Entre ellas, el equipo económico planteó que el Banco Central administrará el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, pero sin dar mayores precisiones. Esto despertó dudas en el mercado sobre qué velocidad de depreciación imprimirá. Por un lado, hay quienes esperan una aceleración con el objetivo de revertir el atraso cambiario acumulado con respecto al nivel acordado con el FMI. Por otro, algunos sostienen que el BCRA volverá a usar el crawling peg como ancla inflacionaria.

En las primeras dos ruedas de la semana, la autoridad monetaria sostuvo un ritmo de depreciación del 5,8% y 7,14% TEM respectivamente. Andrés Reschini, analista en F2 Soluciones Financieras, destacó: “El movimiento diario del viernes fue del 4,5%, por lo que tuvimos viernes y lunes de ralentización y en la rueda del martes volvió a retomar el ritmo de que llevaba antes del viernes. Es muy difícil que puedan ralentizar el crawling peg hacia adelante con esta proporción de pasivos remunerados, porque van a dañar más el patrimonio neto del Central”.

De esta forma, en lo que va de mayo, el crawling peg acumula un ritmo mensual del 7,3%, evidenciando una aceleración respecto al 6,5% de abril, aunque sigue un punto debajo de la inflación. En lo que va del año, el crawling peg fue acelerándose mes a mes, pasando del 5,5% en enero y febrero y al 6% en marzo. Sin embargo, en todos los meses del año corrió por detrás del IPC.

Sin embargo, a pesar de que el crawling peg volvió a atrasarse con respecto a los precios, el tipo de cambio real multilateral, índice que compara al peso argentino con las monedas de los principales socios comerciales del país, recuperó terreno en los primeros meses del año y se mantuvo estable en las últimas semanas. El TCRM comenzó el año en 93,8 puntos y, a comienzos de abril, tocó máximos desde junio pasado en 97,6 puntos. Actualmente, el índice está en 95,3 puntos y se mantiene cerca de los máximos del año. Sin embargo, el indicador aún se encuentra atrasado respecto a lo pactado con el FMI, de sostenerlo en los niveles de diciembre de 2021, cuando estaba 102,5 puntos.

Sobre este punto, Reschini señaló: “La mejor dinámica del TCRM está relacionada principalmente con lo que pasa afuera. El real se ha estado apreciando, los demás socios comerciales ya van dejando atrás los problemas de inflación y nosotros ya no estábamos atrasando tanto. Pero si profundizamos el atraso y nos volvemos más caros en moneda extranjera vs. el resto, el TCRM se va a apreciar”.

De esta forma, que el dólar se haya alejado de sus máximos globales impactó positivamente en las monedas emergentes, entre ellas el peso. El TCRM empezó a revertir su caída a fines de 2022, cuando comenzaron a aparecer señales de que la inflación estadounidense comenzaba a desacelerarse y que el fin del sendero monetario contractivo de la Reserva Federal estaba cerca. En ese marco, el índice dólar cayó desde sus máximos en el año, de 114 puntos. En lo que va de 2023, retrocedió 4%, desde los 105 a los 100,8 puntos. En ese marco, el real brasileño se apreció 7% y el euro, 6,3%.

Sobre el rumbo del crawling peg, desde Ecolatina sostuvieron que “la complejidad que impone la falta de dólares y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio”. Aunque consideraron: “No prevemos que se busque desandar el atraso, sino administrarlo, lo cual seguirá generando un exceso de demanda de divisas que, junto al shock en la oferta de divisas que genera la sequía, seguirán forzando al Gobierno a buscar formas de compensarlo”.

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