Acariciar, jugar y pasear con perros baja el estrés, según la ciencia

Las mascotas son un integrante más de la familia. Conocé el impacto positivo en tu salud mental que tiene tu vínculo con tu perro.

Acariciar a nuestras mascotas tiene un impacto positivo en la salud mental. 

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Cada vez son más los expertos que confirman el efecto de las mascotas en la salud mental de las personas. Interactuar con perros puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y promover una sensación general de bienestar.

Hasta el momento, la información sobre el impacto en la actividad cerebral causada por los efectos de la interacción con los perros es insuficiente. Por eso sigue siendo materia de investigación. Pero, poco a poco, comienzan a llegar las primeras conclusiones.

Un estudio confirmó que jugar con las mascotas nos relaja

Un grupo de investigadores de la Universidad Konkuk en Corea del Sur realizaron una serie de experimentos y publicaron sus hallazgos respecto a la relación entre las personas y los perros en la revista científica PLOS One. El estudio comprueba los efectos positivos de interactuar con perros en la actividad cerebral humana.

La interacción con perros tiene un impacto positivo en las personas.

A través de datos recopilados mediante electroencefalografías, se reveló una mayor activación en áreas del cerebro asociadas con la relajación y la estabilidad emocional al interactuar con los animales. Este aumento de actividad se reflejó en el incremento de las ondas alfa, indicando una mejora en la memoria y una reducción del estrés mental, según informó CNN.

Los científicos observaron un marcado aumento en la actividad cerebral principalmente durante ciertas interacciones con estos fieles compañeros, especialmente en situaciones de juego y paseo.

Cómo fue el experimento que confirma la teoría

Jugar con perros aumenta el estado de ánimo.

El estudio se realizó entre 30 adultos sanos de una edad promedio de 27 años de Corea del Sur. Los participantes del experimento realizaron ocho actividades diferentes con un perro, tales como jugar, alimentarlo, masajear y fotografiarlo. Cada acción se desarrolló durante tres minutos, período en el cual se midieron las ondas cerebrales en los lóbulos prefrontal, frontal, parietal y occipital.

En la segunda parte del estudio, las personas tuvieron que completar un cuestionario para describir su estado de ánimo y sentimientos. Por último, los científicos compararon estas respuestas con la actividad cerebral registrada en cada participante.

La investigación concluyó que las actividades específicas con perros pueden inducir una mayor relajación, estabilidad emocional, atención, concentración y creatividad, al estimular una mayor actividad del cerebro. Estos resultados ofrecen una valiosa perspectiva sobre los efectos terapéuticos de las intervenciones asistidas por animales. Sin embargo, quedan más estudios y pruebas por realizar respecto a este gran hallazgo.