Los Ferrocarriles del Estado francés, SNCF, fueron condenados hoy en Tolouse, sur del país, en una causa por "complicidad en los crímenes contra la humanidad", por su responsabilidad en la deportación de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
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El estado francés y la SNCF fueron acusados por el diputado europeo verde Alain Lipietz, por su papel en el traslado de miembros de su familia en 1944 hacia el campo de tránsito de Drancy, cerca de París, que en Francia era la última etapa antes de los campos de exterminio nazis.
El estado y los ferrocarriles franceses fueron condenados por el tribunal administrativo de Tolouse a entregar 62.000 euros, de los cuales 40.000 son a cargo del estado, a las víctimas y a sus derechohabientes.
La denuncia presentada por Lipietz se refería a su padre y aun tío, trasladados en tren desde Tolouse al campo de Dranzy en mayo de 1944.
Ninguno de los dos, contrariamente a los más de 70 mil hombres, mujeres y niños que fueron luego deportados a los campos nazis, recuperaron su libertad con la liberación de París, en agosto de 1944.
En su sentencia, el tribunal no cita la noción de "complicidad en crímenes contra la humanidad", sino que considera "una culpa del servicio que compromete la responsabilidad del estado".
Además, subraya que el gobierno francés "no podía ignorar que el traslado facilitaba la operación que debía ser normalmente el preludio a la deportación de las personas en cuestión".
En junio de 2004, la corte de apelación de París había juzgado prescriptas causas similares contra el SNCF por parte de hijos de deportados.
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