7 de mayo 2009 - 22:28

Día histórico para el País Vasco: un socialista asume por primera vez la presidencia

Patxi López prometió una lucha sin cuartel contra la ETA.
Patxi López prometió una lucha sin cuartel contra la ETA.
El primer presidente no nacionalista del gobierno autónomo vasco, el socialista Patxi López, prestó juramento bajo el árbol de Gernika, símbolo del pueblo vasco, sin hacer referencia a Dios, contrariamente a sus predecesores.

El País Vasco rompió con 30 años de dominio nacionalista, al poner al frente de su gobierno a Patxi Lopez, investido la víspera por el parlamento regional surgido de las elecciones vascas del 1 de marzo, gracias al apoyo de los diputados del Partido Socialista de Euskadi (PSE), del conservador Partido Popular (PP), y del diputado de la formación antinacionalista UPyD.

"De pie, en tierra vasca, bajo el árbol de Gernika, ante vosotros representantes de la ciudadanía vasca, en recuerdo de los antepasados, prometo desde el respeto a la Ley, desempeñar fielmente mi cargo de lehendakari (nombre vasco del presidente de gobierno)", declaró el socialista de 49 años, miembro de una familia obrera.

El nuevo "lehendakari" rompió con la tradición de sus predecesores del Partido Nacionalista Vasco (PNV, democristiano), cuyo juramento, desde 1936 comenzaba con la fórmula "humillado ante Dios".

Patxi Lopez también rompió con la tradición, al jurar sobre un ejemplar del estatuto de autonomía del que goza desde 1979 el País Vasco y no sobre la Biblia como fue hasta ahora.

Además de los parlamentarios vascos, varios miembros del gobierno central asistieron a la ceremonia, entre ellos la primer vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, así como la secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal.

Durante su investidura por el parlamento autónomo de Vitoria, López prometió el martes convertir en una prioridad la lucha contra la organización independentista vasca armada ETA.

Se comprometió además a dotar a la policía regional de medios suplementarios para luchar contra la organización clandestina, considerada responsable de 825 muertos en casi 41 años de atentados.

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