Pekín - Mientras el presidente chino, Xi Jinping, centra la actividad del histórico Congreso del Partido Comunista, que hará vitalicia sui permanencia en el poder y ubicará su figura junto a la de los principales referentes de la revolución maoísta, la vasta burocracia financiera del país se esfuerza por frenar las turbulencias en los mercados monetarios y bursátiles.
El régimen chino sale al rescate de las acciones y el yuan para no afectar los fastos de Xi Jinping
La economía se ralentiza y pone en cuestión la estabilidad política. Demoran la difusión de estadísticas y relajan las normativas bursátiles. El presidente, más agresivo en seguridad nacional.
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Los bancos estatales están intensificando su intervención para contener el debilitamiento del yuan. Decenas de empresas han anunciado recompras de acciones o planes de ejecutivos para comprarlas desde el viernes, cuando los reguladores decidieron una relajación de las reglas.
Al unísono, los bancos estatales prometieron impulsar el apoyo a la economía, mientras que los gestores de activos estatales dieron cuenta –en declaraciones de idéntico tenor– su “confianza en el desarrollo saludable y de largo plazo de los mercados de capitales de China”.
Los esfuerzos, bien coordinados y de gran alcance, con el foco puesto en el congreso del gobernante Partido Comunista, que se inauguró el domingo y marca un momento políticamente delicado, restauraron una sensación de calma y estabilidad, al menos por ahora, en los mercados financieros.
Las acciones chinas y su moneda se vieron afectados en los últimos meses por el deterioro de las perspectivas de crecimiento de la economía, socavadas por los persistentes brotes de covid-19 y el tambaleante sector inmobiliario.
Manipulación
Entretanto, el régimen decidió ayer lunes aplazar sin fecha la publicación de las cifras de crecimiento del tercer trimestre, así como de otros indicadores económicos.
La Oficina Nacional de Estadísticas debía presentar hoy una serie de indicadores, entre ellos el dato del PBI del tercer trimestre, que muchos analistas pronosticaron que será el más débil desde 2020, con la economía lastrada por las restricciones anticovid y una crisis inmobiliaria.
El organismo anunció de manera sorpresiva que la publicación de los indicadores se ha visto “aplazada”, pero no ofreció ninguna explicación acerca de este inusual cambio de última hora.
Muchos analistas creen que la segunda economía mundial tendrá serios problemas para alcanzar su objetivo de crecimiento para este año, en torno al 5,5%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó recientemente su previsión de crecimiento para China al 3,2% para 2022 y al 4,4% para 2023.
El sostenimiento de tasas de crecimiento inferiores al 7% anual es un problema para la estabilidad del sistema porque se requieren niveles como los mencionados para que el mercado de trabajo sea capaz de absorber la cantidad de trabajadores que se suman cada año al mercado
Finanzas
El índice compuesto del mercado de Shanghái se recuperó con fuerza desde que cayera por debajo del umbral de los 3.000 puntos a mediados de la semana pasada. Su cierre del lunes, en torno a los 3.085 puntos, fue el más alto en lo que va de mes.
Inversores y analistas creen que la presión del Gobierno sobre el sector de fondos de China, en gran parte controlado por el Estado, puede haber desempeñado un papel en el rebote de la bolsa.
En el mercado de divisas, el yuan se ha mantenido estable durante la última semana, cotizando en general dentro de una estrecha banda entre 7,10 y 7,20 unidades por dólar. A fines de septiembre, se había debilitado hasta 7,2521 por dólar, su mínimo desde la crisis financiera de 2008.
Los analistas han atribuido la reciente estabilidad al hecho de que el banco central ha mantenido sus fijaciones diarias, que determinan la banda de cotización de cada día, prácticamente sin cambios cerca de 7,11.
Aunque el mensaje de Xi del domingo hizo hincapié en la seguridad nacional, también dijo que el crecimiento económico sigue siendo prioridad.
El lunes, varios gestores de activos controlados por el Estado, como E Fund Management, China Southern Asset Management y Zhongtai Securities Asset Management, dijeron que estaban invirtiendo su propio dinero para comprar productos, haciéndose eco de un estribillo idéntico de confianza en los mercados de capitales de China.
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