Mia Leimberg, una rehén argentina del movimiento islamita palestino Hamas, estuvo secuestrada durante casi dos meses junto a su perrita, Bella, a quien logró llevarse con ella en el momento en que los milicianos las tomaran a ella, a su mamá y a su tía cuando fueron a visitar a sus familiares al kibutz Nir Yitzhakel.
Engañó a Hamas: la estrategia de la rehén argentina que logró quedarse con su perra al ser secuestrada
La adolescente fue liberada por milicianos de Hamas con su mascota en brazos. Estuvo secuestrada junto a su mamá y su tía.
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La adolescente de 17 años engañó a los captores y pudo quedarse con su mascota, una perra de raza Shih Tzu, quien acompañó en todo momento a Mia. La rehén argentina fue liberada el 28 de noviembre junto a su familia y ahora reveló cómo hizo para que los milicianos del grupo palestino no se dieran cuenta de que tenía su fiel compañera en brazos.
En primer lugar, Leimberg afirmó que su perrita fue un apoyo para sobrellevar el secuestro cuando atravesaban momentos difíciles y aseguró que fue "de gran ayuda". Además, agregó que la "mantuvo ocupada" y que fue un apoyo moral.
Cómo engañó a Hamas
El día que Leimberg fue llevada a la fuerza con su mamá y su tía, los captores las subieron a un jeep para trasladarlas a Gaza, sin embargo, ninguno se dio cuenta de que en los brazos de la joven había un perro. La estrategia fue esconder a su mascota en su pijama, lo que provocó que los milicianos creyeran que era una muñeca.
Sobre ese momento, Mia sostuvo que fue difícil ya que el viaje fue largo y que fueron para ella "4 kilos extra". Si bien, en un principio la rehén argentina logró engañar a sus captores, en un momento se dieron cuenta de que no se trataba de un peluche, lo que generó una "pequeña discusión", aunque finalmente le permitieron quedarse con Bella.
Cómo fueron los días de Mia junto a su perra en Gaza
Durante casi dos meses, la adolescente estuvo junto a Bella, su mamá, su tía y los otros rehenes del grupo palestino. Sobre sus días en cautiverio con su mascota, Leimberg contó que tenía que asegurarse de que no molestara a nadie y retenerla para que no fuera a explorar.
Además, reveló que le daban de comer las sobras de su alimento y que los rehenes colaboraban en levantar los desechos de la perrita. Finalmente, agradeció que Bella es una perra tranquila ya que si hubiese sido una molestia no habrían permitido que se la quedara.
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