Yemen: 16 muertos en un atentado contra EE.UU.
Las elecciones del 4 de noviembre están cerca y los candidatos presidenciales estadounidenses se esfuerzan por romper la paridad que muestran las encuestas. Es sabido que John McCain se beneficiará si los temas de seguridad nacional saltan al primer plano, mientras que Obama podría sacar partido de la actual crisis financiera. La jornada de ayer dio pie para que arreciara la polémica sobre ambos temas. Un atentado contra la Embajada de EE.UU. en Yemen recordó, como dijo George W. Bush, que el terrorismo representa aún una amenaza concreta. Pero el agravamiento de la situación financiera puso en serio entredicho a Mc-Cain, quien debió hacer malabarismos verbales para conciliar sus necesidades electorales con sus posturas pasadas. Las encuestas mostraron un repunte de Obama. ¿Se sostendrá la tendencia?
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El ataque tiene «todas las señales de ser de Al-Qaeda», dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack.
También condenó el ataque de « manera firme» el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, así como la campaña de John McCain.
Según el Ministerio del Interior de Yemen, en el atentado se utilizaron dos coches bomba. «Intentaron atravesar el cordón de seguridad de la Embajada de Estados Unidos, pero los guardias de seguridad consiguieron provocar su explosión lejos del edificio, provocando la muerte de los seis asaltantes, uno de los cuales llevaba un cinturón de explosivos», declaró un responsablede esa cartera citado por la agencia oficial «SABA».
La explosión fue tan fuerte que trozos de carne humana cayeron a un centenar de metros de distancia, según varios habitantes.
De acuerdo con testigos, hombres armados barrieron a tiros un destacamento de policía frente al complejo fortificado de la embajada estadounidense antes de que otro atacante hiciera estallar un coche bomba que levantó una bola de fuego. Siguieron una serie de explosiones y disparos de armas y cohetes contra la legación diplomática.
En los últimos años, los militantes islamistas han cometido numerosos ataques en Yemen, tierra de los ancestros del jefe de la red Al-Qaeda, Osama bin Laden, y uno de los países más pobres del mundo.
En su comunicado reivindicando el ataque de ayer, la Yihad Islámica de Yemen afirma que «seguirá con la serie de explosiones según el plan apuntando a otras embajadas», refiriéndose a un comunicado anterior, recibido el martes, en el que amenazaban con atacar las embajadas de Arabia Saudita, Gran Bretaña, Estados Unidos y los Emiratos Arabes Unidos, si los asaltantes heridos el 25 de julio no eran liberados.
El atentado del miércoles es el más sangriento en Yemen desde que Al-Qaeda atacó, en octubre de 2000, el buque de guerra estadounidense USS Cole en el sureño puerto de Adén con un bote cargado con explosivos. El saldo fue de 17 marinos norteamericanos muertos.
Yemen es un importante aliado de Washington en la lucha contra Al-Qaeda. Este atentado «desesperado» es «una respuesta de los terroristas a las medidas que ha adoptado el gobierno contra esos grupos», declaró el ministro de Relaciones Exteriores yemení, Abu Bakr al-Kurbi, en una reunión con los embajadores de la Unión Europea (UE) en Saná.
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