Es difícil creer que el Quarterback de los Tennessee Titans, que firmó un contrato en el año 2006 de 26 millones de dólares, siendo uno de los más elevados de toda la NFL, haya terminado en bancarrota apenas 8 años después, pero este fue el caso de Vince Young. El dinero que recibió equivaldría a 40 millones de dólares hoy en día, además de las increíbles oportunidades de patrocinio que le sucedieron.
Era una estrella de la NFL y lo tenía todo, hasta que se declaró en quiebra: la historia de Vince Young
Fue uno de los jugadores más importantes de los Tennessee Titans y tuvo un contrato millonario, pero todo se esfumó.
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Pero debido a la temporalidad limitada y a la irregularidad de sus ingresos, toda su fortuna se vino abajo debido a la mala administración y la falta de educación financiera del deportista. Frecuentemente, los atletas jóvenes y exitosos pueden caer en la trampa del derroche, inversiones temerarias y asesoramiento financiero inadecuado.
La carrera de Vince
Fue un destacado quarterback universitario para los Longhorns de la Universidad de Texas. Lideró al equipo hacia la victoria en el campeonato nacional universitario sobre los Trojans de la Universidad del Sur de California en el Rose Bowl en 2006. Este desempeño lo llevó a firmar el contrato más millonario de la NFL hasta entonces. 6 años con los Tennessee Titans, que incluía 25.700.000 garantizados y un salario anual promedio de 9.666.667.
Pero además, a lo largo de su carrera, también fue contratado por los Philadelphia Eagles, Buffalo Bills y Green Bay Packers. En total, llegó a percibir $35.390.000. Si bien su futuro parecía prometedor, su bajón en el rendimiento y la lesión de su mano en el 2010 lo llevó a una espiral descendiente, lo que terminó por alejarlo de la franquicia de los titanes.
Vince Young y la quiebra
A pesar de luchar por estar a la altura de las expectativas, su marcado bajón en el rendimiento deportivo, vino acompañado de complicaciones en sus finanzas personales. Fueron sus hábitos de gasto los que contribuyeron a su declive financiero, Young era conocido por su afición por una distribuidora de pasteles de queso y una cadena de restaurantes de Estados Unidos. Supuestamente, gastaba en sus locales unos 5.000 $ a la semana. Además, se dice que gastó incluso 15.000 $ en una sola comida en ese lugar.
Otro de sus conocidos derroches, fue el hecho de comprar todos los pasajes de un vuelo de línea porque quería privacidad. Además, admitió que no se tomaba en serio sus finanzas y las dejaba en manos de su asesor y una persona que contrató como su mánager. El jugador presentó una solicitud de bancarrota en 2014. Los documentos judiciales mostraron que Young identificó activos entre 500.001 y 1 millón de dólares junto a una deuda de entre 1.001.000 y 10 millones de dólares.
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