12 de noviembre 2025 - 09:30

Quiso competir con Tesla, pero terminó en la ruina con miles de millones en deudas

Parecía un proyecto con un enorme potencial, pero la ambición lo hizo abarcar más de lo que podía administrar.

La empresa que quería competirle a Tesla, pero no lo logró.

La empresa que quería competirle a Tesla, pero no lo logró.

Imagen: Freepik

Millones de dólares invertidos, una visión que prometía revolucionar la industria automotriz y un ambicioso intento por desafiar a Tesla. Así comenzó la historia de un empresario que soñó con construir el futuro de la movilidad eléctrica, pero terminó envuelto en una de las crisis financieras más impactantes del sector.

Con sedes en China y Estados Unidos, el proyecto atrajo la atención mundial por su enfoque futurista y su apuesta por competir directamente con Tesla. Sin embargo, detrás de los anuncios y de las millonarias rondas de inversión, comenzaron a surgir los primeros indicios de un desbalance económico que se haría insostenible. Ahí salió a la luz el nombre detrás de la empresa: Jia Yueting.

Jia Yueting
El empresario que prometía una innovación tecnológica en los autos eléctricos, pero se fundió.

El empresario que prometía una innovación tecnológica en los autos eléctricos, pero se fundió.

La historia de Jia Yueting

Yueting emergió como una figura audaz del mundo tecnológico chino. Primero fundó un ambicioso conglomerado, LeEco, que abarcaba desde contenidos digitales hasta automóviles, aspirando a competir con los grandes del sector. A partir de allí impulsó su siguiente gran apuesta: una compañía de autos eléctricos, Faraday Future, con la idea de rivalizar directamente con Tesla.

El plan era claro: aprovechar la tendencia global de la electrificación automotriz, atraer inversión internacional, y lanzar un SUV de lujo eléctrico de alto rendimiento. Las expectativas eran enormes. Su empresa prometía vehículos de última generación, diseño revolucionario y una nueva era para la movilidad eléctrica.

En poco tiempo, la maquinaria estaba en marcha: desarrollo de prototipos, declaraciones de intención, alianzas mediáticas. El relato del disruptor tecnológico que conquistaría Wall Street y China al mismo tiempo. Pero tras el impulso inicial comenzaron a aparecer los signos de tensión: pérdidas acumuladas, deuda creciente, dificultades para lanzar los modelos previstos.

Finalmente, pese al entusiasmo, el proyecto se deslizó hacia la incertidumbre al tiempo que Yueting enfrentaba una doble carga: la gestión del conglomerado original y las finanzas de la empresa de autos.

Una deuda de miles de millones: la bancarrota del empresario

La situación financiera de Yueting alcanzó un punto crítico cuando se reveló que debía cerca de 3.600 millones de dólares a más de 100 acreedores en China. Ante este panorama, presentó una solicitud para acogerse al proceso de bancarrota (Capítulo 11 en EE.UU.) con el objetivo de reorganizar sus pasivos personales sin afectar directamente a la operativa de su empresa de automóviles.

En los informes se señalaba que la empresa de autos ya acumulaba pérdidas por cientos de millones de dólares, contaba con apenas unos millones de dólares en caja y su valoración futura era incierta. En ese contexto, Yueting reconoció que sin una solución urgente, tanto él como su proyecto quedarían vulnerables.

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