La educación financiera no hay dudas que es una de las claves para que las personas puedan no sólo alcanzar sus objetivos, sino que también ayuda a cada una a construir una vida más tranquila y segura. Y que esta formación comience desde muy joven, sólo es una buena noticia. La razón: permite más herramientas para tomar mejores decisiones, mejores resultados y diseñar un futuro más sólido.
Cuentas de inversión para adolescentes: el primer paso hacia la independencia financiera desde jóvenes
La educación financiera implica aprender e incorporar conceptos fundamentales como la importancia de llevar un presupuesto, el hábito del ahorro, el poder del interés compuesto, el valor del tiempo y la construcción saludable con el dinero y las deudas, entre otros.
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Educación financiera.
Esto va mucho más allá de entender qué es qué es una inversión. Implica aprender e incorporar conceptos fundamentales como la importancia de llevar un presupuesto -el ABC de la planificación financiera-, el hábito del ahorro -primer paso para la inversión-, el poder del interés compuesto, el valor del tiempo y la construcción de una relación saludable con el dinero y las deudas, entre otros.
¿Qué nos aporta hábitos (sanos) de planificación financiera y organización? Tranquilidad, seguridad, orden y, en especial, nos acercan a nuestras metas -sean cuáles sean en cada etapa de nuestra vida. Es decir, viaje de egresados, unas vacaciones, un primer auto, una mudanza, preparar un mejor retiro (que apoye la jubilación), etc. Pero para alcanzar todo eso, volvemos a la relevancia de la educación como un primer paso.
De hecho, este es un punto de partida, para ayudar a los más jóvenes a fomentar su responsabilidad e independencia financiera. Más temprano comiencen a ahorrar e invertir, podrán aprender a gestionar su dinero de manera inteligente comprendiendo el valor del dinero, y se beneficiarán del crecimiento de su dinero a largo plazo.
En este marco, es una excelente noticia que hoy los adolescentes a partir de los 13 años puedan tener una cuenta de inversiones; y esto es posible desde hace unos meses, cuando la CNV (Comisión Nacional de Valores) lo permitió. Si hay algunos datos a remarcar, entre ellos, que el menor -hasta que cumpla 18- tendrá algunas limitaciones en los activos en los que puede invertir, deberá tener previamente la autorización de un mayor y los ingresos de fondos tienen restricciones en monto.
Ahora bien, esto trae consigo algunos desafíos como sociedad. Uno de ellos, el fortalecimiento de la educación financiera integral desde la etapa escolar. Para lograrlo, requiere incorporarlos a los planes de estudio (con obligatoriedad) y que su contenido sea abordado con profundidad y, en particular, un enfoque práctico.
Sin ir más lejos, la tecnología puede ser un gran aliado -si se usa de forma responsable- para facilitar este tipo de educación (y sin dudas, debe ser parte). De hecho, acerca este mundo a cada vez más personas, y en especial, a los más jóvenes.
Hoy, existen múltiples herramientas digitales que ayudan a llevar un presupuesto, a comparar diferentes opciones, proyectar potenciales rendimientos de inversiones, e incluso acceder a cursos de educación financiera en diferentes plataformas (y de forma gratuita).
Ahora bien, si bien la actual era digital, “democratiza” la forma y el uso de los servicios financieras -billeteras digitales, plataformas online de inversiones, etc-, es fundamental contar con la capacidad de evaluar la seriedad de esa información, aplicar criterios críticos y estar atentos a posibles riesgos o estafas en línea.
De acá la importancia de la educación financiera desde chicos y el acompañamiento de los adultos. Empezando quizás por un tema que hoy como sociedad preocupa (y nos debe ocupar) que son las apuestas.
Un primer paso es comprender quizás la diferencia entre apuestas e inversión. En las apuestas interviene el azar (suerte), es obligatorio arriesgar dinero, busca una ganancia rápida (inmediata) en la que la probabilidad de ganar es ciertamente cuestionada -simplemente, porque no podes manejar su resultado-. Esto más allá de los peligros de una adicción, y los efectos negativos que eso puede generar.
En cambio, la inversión debe nacer de la necesidad de proteger e incrementar en el largo plazo los ahorros, pero teniendo uno la posibilidad con diferentes herramientas, educación e información de poder proyectar los resultados, y entender los riesgos que se están asumiendo según en lo se invierta. Por otra parte, conocer que las entidades -como las ALYC o bancos- que acercan a este mundo, son estrictamente reguladas.
Lógicamente, las inversiones no están exentas de riesgos, pero dentro de un marco que uno puede controlar mejor que en el mundo del azar. Asumir un riesgo alto o innecesario, es posible.
Y en este sentido, entender que la diversificación, la constancia a lo largo del tiempo y el conocimiento -de las inversiones, como también de uno como inversor (perfil)- son variables claves. Forma parte de pensar en un mejor futuro, y no en la adrenalina instantánea. Forma parte de pensar en la independencia financiera y una vida más tranquila.
Por último, sobre cuál es un buen activo de inversión para empezar, podemos mencionar los FCIs (Fondos Comunes de Inversión). Estos pueden ser un vehículo, ya que con montos bajos permiten diversificar, y el universo es amplio. Como recomendación comenzar por algo de baja volatilidad (bajo riesgo), desde los llamados T+0 (liquidez) -hoy posible desde las billeteras-, como FCIs de Renta Fija de Corto plazo -que buscan una tasa un poco mayor a un plazo fijo tradicional. También puede ser que partecita de una posición, aunque acá entendiendo que el horizonte de mantener la plata es más largo, algún Cedear. Esto último conociendo algunos aspectos claves como el mayor riesgo de la renta variable (vs. la renta fija), la empresa (negocio) en el que se está poniendo los ahorros, su liquidez en mercado (por si necesita esos pesos), etc.
Incluso otra opción puede ser dolarizar esos pesos, e invertirlos en un Money Market en USD o algún FCI en USD. Pero para entender gran parte de estos últimos párrafos, volvemos al principio de la nota y lo clave que es la educación financiera.
Licenciada en Economía especializada en mercados financieros. Directora de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
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