17 de mayo 2025 - 00:00

Inversión pasiva: la estrategia silenciosa que vence al mercado en el largo plazo

Ante la incertidumbre y la volatilidad, la propuesta es un enfoque de largo plazo, basado en disciplina, bajo costo y exposición diversificada al mercado.

Lo que se propone con la inversión pasiva es crear una especie de “segunda jubilación”.

Lo que se propone con la inversión pasiva es crear una especie de “segunda jubilación”.

Depositphotos

En tiempos de incertidumbre económica, inflación persistente y volatilidad financiera, cada vez más personas se preguntan cómo cuidar su dinero y construir un futuro más seguro. La respuesta, que aparenta contraintuitiva por la presencia en redes de “gurús” del trading, es sencilla: inversión pasiva.

A diferencia de la inversión activa -donde se intenta ganarle al mercado comprando y vendiendo activos-, la inversión pasiva propone un enfoque de largo plazo, basado en disciplina, bajo costo y exposición diversificada al mercado. En lugar de buscar ganarle al mercado, se busca ser el mercado, replicando su rendimiento histórico.

Los datos respaldan esta estrategia. Fondos como el S&P 500 han rendido un promedio del 9,8% anual en las últimas décadas. Más aún: solo un pequeño porcentaje de los gestores profesionales logra superar ese rendimiento en el largo plazo. Inversores de renombre, como John Bogle (por citar alguno) sostiene que el 90% de los inversores pierden contra los fondos indexados que replican el rendimiento del mercado. Se cita particularmente a Bogle, por ser un referente de los fondos indexados, creador del famoso Vanguard-500.

Inversión pasiva: no es solo una estrategia financiera

La clave de la propuesta es a largo plazo. Es decir, lo que aquí se propone es crear una especie de “segunda jubilación”. Por eso es que esta propuesta es más atractiva para jóvenes (digamos sub-40). El famoso interés compuesto, en el largo plazo (digamos 20 o 30 años) ha demostrado vencer a través del mercado al 90% de los fondos de inversión. No es poca cosa. Lo mejor, es que no se requieren grandes conocimientos técnicos, sino disciplina y fortaleza emocional.

Este último punto es vital. Es que si vamos a estar invertidos 20 o 30 años en un índice que replique el rendimiento del mercado, vamos a pasar buenos y malos momentos en la bolsa. Esto debe quedar claro de entrada. Desde luego, que en momentos en que el mercado se derrumba, la tentación a vender es muy grande. Sin embargo, sería un error garrafal salirse del mercado cuando éste cae. Es que muchos de los mejores días del mercado ocurren cuando el mercado opera a la baja. Más aún, datos del período 2002-2022 muestran que siete de los diez mejores días del mercado estadounidense ocurrieron dentro de los diez peores días del mismo año. Por ejemplo, en 2020, el segundo mejor día bursátil se produjo apenas dos jornadas después del segundo peor. Salirse del mercado por miedo en un mal momento puede significar perderse la recuperación, con consecuencias enormes para el rendimiento a largo plazo. La paciencia, en estos casos, no es solo una virtud, sino más bien una estrategia.

En definitiva, invertir pasivamente no es solo una estrategia financiera, es una forma de asumir el control del futuro con paciencia, realismo y sentido común. No garantiza riqueza inmediata, pero sí ofrece una herramienta concreta para ganar algo más valioso: tranquilidad.

* Analista Económico y Financiero

Dejá tu comentario

Te puede interesar