Aunque se espera que la reforma laboral avance a través de la negociación colectiva entre cámaras empresarias y sindicatos centrales, lo cierto es que los convenios colectivos no se actualizan desde hace décadas, salvo contadas excepciones. Habilitar a las empresas a desvincularse de los convenios sectoriales para celebrar sus propios acuerdos facilitaría notablemente el escenario.
Del consenso al inmovilismo: la negociación colectiva frente al desafío de la modernización
Se vuelve imprescindible modificar las reglas de la negociación colectiva y permitir que las empresas, con acuerdo de sus trabajadores, puedan desvincularse de los convenios sectoriales para adaptar sus relaciones laborales a la realidad contemporánea.
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La Secretaría de Trabajo de la Nación, estima que solo el 4% de los trabajadores se encuentra alcanzado por un convenio colectivo de empresa.
El respaldo de Estados Unidos no alcanza para disipar completamente la incertidumbre. Entre los factores que generan desconfianza, uno de los más relevantes es la capacidad para mejorar la gestión administrativa y política. En particular, resulta clave alcanzar consensos con parte de la oposición para sostener la disciplina fiscal y avanzar en las reformas estructurales.
Desde el Ministerio de Desregulación se instó a los empresarios a acordar con los sindicatos la creación de fondos de despido en reemplazo de la tradicional indemnización prevista en la Ley de Contrato de Trabajo, tal como se estableció en la Ley Bases. Asimismo, se propuso que la negociación colectiva se realice a nivel regional —y no nacional—, a fin de adaptar las regulaciones laborales a las diferencias geográficas de productividad.
Ahora bien, cabe preguntarse qué posibilidades reales existen de que la reforma laboral se concrete mediante la negociación colectiva bajo el esquema legal vigente. Según la Secretaría de Trabajo de la Nación, para 2025 se prevé que el 64% de los asalariados privados registrados bajo convenio se rija por convenios colectivos de actividad firmados por apenas 17 sindicatos centrales. Otro 32% lo hace bajo 595 convenios firmados a nivel de rama, región u ocupación. Solo el 4% de los trabajadores se encuentra alcanzado por un convenio colectivo de empresa.
Pretender que la modernización laboral surja de la negociación colectiva resulta inviable.
En síntesis, el sistema de negociación colectiva argentino está extremadamente centralizado: dos tercios de los trabajadores registrados se rigen por convenios de actividad firmados por 17 sindicatos, de los cuales 11 fueron negociados en el siglo pasado —la mayoría en las décadas de 1970 y 1980, y algunos en los 90—. En el extremo opuesto, una porción ínfima se rige por convenios de empresa, celebrados por apenas 725 empleadores sobre un total cercano al medio millón de firmas formales.
El esquema actual mantiene la vigencia de los convenios por el principio de “ultraactividad”, de modo que los acuerdos firmados hace décadas entre cúpulas empresariales y sindicales siguen siendo de aplicación obligatoria para todos los trabajadores del sector, rama u ocupación. En consecuencia, no existen incentivos para su renovación. Las paritarias se limitan a la actualización periódica de las escalas salariales, mientras que el resto de las cláusulas convencionales permanecen inalteradas. Bajo estas condiciones, pretender que la modernización laboral surja de la negociación colectiva resulta inviable.
Por ello, se vuelve imprescindible modificar las reglas de la negociación colectiva. La vía más práctica consiste en permitir que las empresas —con acuerdo de sus trabajadores— puedan desvincularse de los convenios sectoriales. Es decir, establecer un orden de prelación en el cual los acuerdos por empresa tengan preeminencia sobre los convenios de actividad.
En definitiva, lo conducente es respaldar la iniciativa que propone regular un mecanismo para que las empresas, mediante acuerdo con sus trabajadores, puedan desengancharse de los antiguos convenios colectivos sectoriales y adaptar sus relaciones laborales a la realidad contemporánea.
Profesor de la Universidad del CEMA.




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