La semana pasada el presidente Javier Milei habló en la Sociedad Rural Argentina. Como nos tiene acostumbrados, su alocución (llena de exabruptos e insultos) estuvo cargada a su vez de afirmaciones que se contradicen con la realidad económica del país. Sus declaraciones, que parecieron más un ejercicio de propaganda que un análisis honesto, reflejan una comprensión sesgada y simplificada de los desafíos que enfrenta la economía argentina. Mientras tanto, desde México, Cristina Fernández de Kirchner insiste en la salida democrática y de consensos, pero poniendo en el centro al bienestar de las mayorías.
Las mentiras de Javier Milei
En el discurso que el Presidente dio en la exposición de la Sociedad Rural Argentina hay tres grandes mentiras. Sus declaraciones parecieron más un ejercicio de propaganda que un análisis honesto.
-
Micros, militantes y leones: el detrás de escena de Javier Milei en Parque Lezama
-
Milei, a contrapierna: LLA es partido nacional pero con precio a la baja
Pero en tiempo de fake news cotidiana, donde “dato no mata relato”, voy a destacar tres ideas del discurso para mostrar las barbaridades enunciadas, e instar a salir de la pereza intelectual y pensar en los verdaderos desafíos de nuestro país.
Mentira de Milei N1:"Los días más felices de la historia argentina fueron los días más felices de la historia del campo"
Milei intenta establecer una conexión directa entre la prosperidad del campo y la felicidad nacional, buscando antagonizar con el peronismo y con la histórica frase peronista de que “los días más felices fueron peronistas”. Es verdad que un sector agropecuario fuerte contribuye al crecimiento económico, principalmente contribuyendo a la acumulación de reservas internacionales del país, pero no siempre ese éxito se conjuga con un proceso de desarrollo nacional.
Crecimiento económico no implica desarrollo, y eso el campo lo sabe muy bien. De hecho, debería ser también un motor para diversificar y fortalecer otros sectores, como la industria y el desarrollo tecnológico, cruciales para un desarrollo sostenible y equitativo en el actual contexto internacional, algo que no está en la cabeza de Javier Milei.
Entonces, ¿de la felicidad de quién estamos hablando? Reducir el bienestar de un país a la suerte de un solo sector es simplista y miope, si lo pensamos desde el mundo actual podemos decir que es una afirmación - al menos- mediocre. Pero a su vez, es profundamente injusto. Si algo estamos viendo en los últimos indicadores de INDEC sobre la desigualdad es que este modelo económico “anarco-capitalista” aumenta la desigualdad, y muchos lejos están de estar contentos: están tristes y derrotados.
Mentira de Milei N2: "En vez de convertirnos en el país industrial que nos prometían, se dilapidó toda la riqueza que habíamos acumulado"
Milei acusa a sus predecesores de malgastar la riqueza del país, llevando a una situación de miseria que, según él, alcanzó su punto más bajo en diciembre pasado. En primer lugar Milei no se hace cargo de su primer mes de gestión, donde su un brutal ajuste cambiario permitió aplicar la licuadora y la motosierra a las clases populares, trabajadoras y a la producción nacional. En segundo lugar, si algo no puede hablar Milei es de industria: el índice de Producción Manufacturero se desplomó a niveles de la pandemia en su mandato y simplemente vemos un efecto rebote. En consecuencia, se estima que la economía este año será un 5% más chica, es decir una recesión de -5% del PBI, entonces: ¿de qué riqueza habla Javier Milei?
Fuente INDEC
A su vez, esta destrucción de pequeñas y medianas empresas y de grandes cadenas también solo conlleva un mayor deterioro de nuestro mercado laboral, el cual sin lugar a dudas tiene deudas históricas. Ese deterioro, por supuesto lo vemos reflejado en los números de pobreza y de indigencia. Si algo está haciendo Milei es generar pobreza, no riqueza.
En el segundo semestre de 2023, observamos el triste indicador que el 58% de los menores de 14 años eran pobres, pero al día de la fecha todos los indicadores muestran que este gobierno lo ha aumentado, en algunos casos superando la barrera del 60%.
Es decir que bajo el gobierno de Milei, -en 6 meses- más de 6 de cada 10 menores de 14 años son pobres. Durante su gestión, la inflación mensual en diciembre alcanzó un 25.5% y el desempleo ha aumentado, empeorando la situación de vulnerabilidad de miles de argentinos.
Mentira de Milei N3: "Hoy la verdadera inflación en Argentina viene viajando al 8% anual y va a seguir bajando"
En primer lugar, ¿cómo desacelera la inflación? El ancla anti-inflacionaria de Milei es el salario bajo, de miseria. Salarios de hambre, sin mercado interno que permiten cristalizar el ajuste realizado a principios de año. Sumado a una estrategia de intervención en el mercado financiero de USD para bajar la brecha cambiaria a costa de la reservas internacionales, y por tanto de la estabilidad cambiaria a corto plazo.
En segundo lugar, Milei tergiversa la realidad. En junio de 2024, la inflación núcleo (que excluye elementos volátiles como tarifas y precios estacionales) fue del 3.7% mensual. Esta cifra no se alinea con la narrativa de Milei de que la inflación está bajo control. Y menos de la anualización forzada que realiza. Recordemosle al presidente que la inflación interanual de junio fue de 271% según el mismo INDEC. El correlato, un brutal ajuste en el consumo en los supermercados y en el mercado interno.
Minimizar la gravedad de la inflación actual no solo es engañoso sino también peligroso, ya que subestima los desafíos reales que enfrentan los ciudadanos en su vida diaria. En su reciente aparición Macri también mencionó lo mismo. Vemos que no solo es una enfermedad del presidente actual, sino que también algún ex presidente tampoco sabe sumar y restar, mucho menos de la situación inflacionaria del país.
Conclusión
El discurso de Milei en la Sociedad Rural intenta hacer ciencia ficción, busca reescribir la historia y manipular los números. Lo más grave es que así el gobierno ignora los problemas estructurales que deben abordarse para lograr un crecimiento económico inclusivo y sostenible. Como dijo Cristina en México: ¿por qué deberíamos esperar que a Elon Musk le preocupe el medio ambiente o la inclusión social? Claramente ese es el rol del Estado. Nadie puede ser feliz en soledad, por tanto necesitamos reconstruir el país para las mayorías. La verdad es que los problemas de Argentina no se resolverán con discursos grandilocuentes, sino con acciones concretas y un enfoque claro y coherente hacia el desarrollo económico. Sería deseable que los sectores económicos más influyentes de nuestro país dejen de aplaudir al bufón y pasen a construir consensos patrióticos.
Economista, Directora del Banco Ciudad
- Temas
- Javier Milei
Dejá tu comentario