La Argentina está atrapada en una paradoja perversa: millones de trabajadores viven del esfuerzo diario, pero lo hacen en la sombra, sin derechos ni seguridad social. Es el ejército silencioso del empleo en negro, ese que representa casi la mitad del mercado laboral del país. Y mientras los gobiernos ensayan viejas fórmulas, la revolución ya llegó, la cuarta: se llama inteligencia artificial.
Si no te registran en tu trabajo, que te registre la IA
Juan Pablo Chiesa, abogado especializado en trabajo y empleo, analiza cómo la inteligencia artificial puede convertirse en el arma definitiva contra el trabajo informal en Argentina.
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Hoy, la IA puede detectar inconsistencias fiscales, cruces de datos entre facturación y CUIT, uso de cuentas bancarias sin declaración, pagos en efectivo a trabajadores sin relación formal.
Hoy, la IA puede detectar inconsistencias fiscales, cruces de datos entre facturación y CUIT, uso de cuentas bancarias sin declaración, pagos en efectivo a trabajadores sin relación formal. Puede hacerlo ya. No mañana. Y no lo hace la AFIP, no lo hace el Ministerio de Trabajo, no lo hace ningún Estado que de verdad quiera formalizar. Pero sí lo hace Amazon, sí lo hace Google, y sí lo hacen países que no tienen el 45% de trabajo informal.
¿Querés combatir el empleo en negro? automatizá
Un sistema con IA puede escanear en tiempo real las bases de datos del comercio formal e informal: ver si el monotributista tiene empleados “fantasma”; si el comercio paga luz y agua pero no registra sueldos en AFIP; si alguien cobra subsidios mientras gira en efectivo en Mercado Pago. Puede detectar, alertar y proponer inspecciones inteligentes, no aleatorias.
Y más aún: puede integrarse con convenios colectivos, con escalas salariales por rubro, con jurisprudencia laboral. Puede sugerir la categoría correcta, el salario base, los adicionales según actividad y ubicación. Y hasta puede generar una notificación automática para invitar al empleador a regularizar con beneficios impositivos si lo hace voluntariamente.
¿Esto es ciencia ficción? No. Esto es PILAR. (Programa Inteligencia de Litigios y Alerta de Riesgos) Esto es lo que venimos trabajando. Y es hora de que el Estado se despierte.
El mundo ya lo hace
En Estonia, todos los registros de empleo son digitales. En Corea del Sur, una IA cruza datos bancarios y comerciales para detectar evasión laboral. En Dinamarca, el uso de algoritmos permite saber cuántos empleados debería tener un restaurante, según su facturación y su nivel de actividad. Si declaran menos, saltan las alertas. ¿Y en Argentina? Inspecciones en papel y patrullajes a ciegas.
¿Qué hace falta para implementarlo acá?
Voluntad política, integración de sistemas (AFIP, ANSES, Justicia, gremios), protección de datos y, sobre todo: decisión. Porque el empleo en negro no se combate con discursos ni con operativos para la foto. Se combate con tecnología, con inteligencia y con transparencia.
Y una verdad incómoda: si sos empleador y no registrás, te va a registrar la IA. Porque ya no hay margen para la trampa. O te adaptás, o quedás afuera. Lo mismo vale para los Estados.
La inteligencia artificial no destruye empleo. Lo formaliza. Lo visibiliza. Y lo dignifica. Porque no hay nada más progresista que hacer cumplir los derechos laborales. Y no hay nada más moderno que hacerlo bien, rápido y sin corrupción. Es ahora. No es opcional.
Y si el Estado no lo hace, lo va a hacer el algoritmo.
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