4 de septiembre 2008 - 00:00

De nuevo promesas en Olivos a intendentes

Néstor Kirchner dialoga ayer, en Olivos, con Gilberto Alegre, en la previa de una reunión con intendentes y legisladores bonaerenses. Lo escoltó Florencio Randazzo.
Néstor Kirchner dialoga ayer, en Olivos, con Gilberto Alegre, en la previa de una reunión con intendentes y legisladores bonaerenses. Lo escoltó Florencio Randazzo.
«Un tsunami... nos pueden pasar por arriba». Como ajeno, Néstor Kirchner escuchó, imperturbable, la advertencia de Gilberto Alegre, alcalde de General Villegas. Ese pronóstico sombrío sobre las elecciones de 2009 alteró, por segundos, el mundo feliz de Olivos.

«El estado de ánimo de la gente no es el mismo que antes de la 125», abundó Alegre, que conduce un distrito de la pampa verde, en el Noroeste, epicentro de las protestas de los chacareros. «Sólo la gestión, la obra pública», precisó, puede frenar esa eventual tempestad.

Fue ayer, por la tarde, en la quinta de Olivos, cuando Kirchner abrió por tercera semana consecutiva para recibir a alcaldes y legisladores bonaerenses. Didáctico, con libreto repetido, insistió en la solidez del gobierno de su esposa y, al pasar, espadeó a Julio Cobos.

Alegre, en una comitiva de 30, deslizó una alerta que la mayoría comparte, pero que pocos exteriorizan. Sobre todo en el interior, los caciques proyectan que perderán de 10 a 20% de los votos logrados en 2007. Cristina, por sí misma, apenas araña los 15 puntos.

A su modo, Kirchner debe saberlo. Por eso, diligenció a Florencio Randazzo -el armador de las tenidas con intendentespara que antes de pasar por Olivos, los siente con José López, secretario de Obras Públicas, a revisar caso por caso, los planes de infraestructura.

Con eso, Kirchner hizo una concesión: se corrió, al menos formalmente, de los asuntos ejecutivos que en las cumbres anteriores él mismo se encargada de anotar para, casi como un presidente paralelo, luego llamar a los ministros para que intervengan.

El 0800-Néstor -pedía que lo llaman cuando se produzca algún impedimento en la gestiónfue transferido, en principio, a la Casa Rosada. Por eso, el encuentro en Olivos no tuvo el frenesí de los encuentros de las semanas pasadas con alcaldes de la Quinta, la Sexta y la Séptima.

Ayer aceptó una mecánica más razonable: delegó en Randazzo-, López, el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, y Ricardo Echegaray, de la ONCAA, los temas de gestión. La promesa fue que se reactivarán las obras que están paralizadas o marchan demasiado lento.

Ese compromiso fue la clave de la visita de los alcaldes que entienden que, sin obra pública, 2009 puede ser catastrófico. Lo digan o no. De hecho, algunos, como Andrea García, ya habían agilizado charlas con Julio De Vido para darles impulso a las obras.   

  • Tour

    Relajado, con tiempo libre, Kirchner tomó un hábito: luego de enumerar la fortaleza oficial y escuchar los comentarios de los huéspedes, hace un Olivos tour mostrando la quinta. Dejó que pongan en marcha el auto que usó Evita y les mostró el polígono de tiro, subterráneo, que -dijo- «construyó Menem».

    De pasada, antes de encerrarsea discutir la reforma de la Ley de Movilidad Jubilatoria, Cristina de Kirchner pasó a saludar, junto al jefe de Gabinete, Sergio Massa. Estaban ahí Randazzo, Alberto Balestrini -futuro jefe del PJ bonaerensey Julio Pereyra, titular de la FAM.

    De entrecasa, sin perder la sonrisa pero con inquina, le dedicó una parrafada a Cobos. «Estoy buscando algún país en el mundo donde el vicepresidente-vote contra su gobierno-», carcajeó. Trasluce el patagónico la furia y el temor por el futuro rol electoral del mendocino.

    Tema recurrente, insistió en que «la gente se está dando cuenta» de las intenciones del campo y repasó que los pequeños productores se van a « arrepentir» porque ahora «están peor que si estuviera la 125». Dio, otra vez, por clausurada la crisis del campo.

    Con mesa ampliada, Kirchner recibió a alcaldes y legisladores de la Cuarta Sección a los que sumó al platense Pablo Bruera, y a jefes comunales de la zona rural del conurbano sur: Gustavo Arrieta (Cañuelas), Mario Secco (Ensenada), Gustavo Sobrero (Lobos) y Fernando Carballo (Magdalena).

    La cita fue, en esencia, para dirigentes del PJ y el Frente para la Victoria. Además de García y Alegre, estaban Ariel Franetovich (Chivilcoy), Jorge Fernández (Lincoln), Alexis Guerrera (Pintos), María Celia Gianini (Tejedor) y Aldo San Pedro (Bragado), entre otros.

    Además, Jorge Barrachia, ex radical, luego arista y ahora ocañista, alcalde de Trenque Lauquen. El único radical K, amigo de Kirchner, y todavía alineado con Olivos, fue Alberto Conocchiari, de Leandro N. Alem. Emilio Monzó, Darío Duretti y Patricio García fueron algunos de los legisladores presentes.
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