El escándalo del valijero: furia oficial con Washington por Miami
El gobierno reaccionó con furia ayer ante las revelaciones sobre las relaciones del valijero venezolano con funcionarios argentinos que surgieron en el juicio de Miami. Como ocurrió el año pasado, Cristina de Kirchner culpó sin dar pruebas, sólo agitando conspiraciones-al gobierno de Washington de estar complotado para perjudicar las relaciones con el país. El embajador en Washington hizo una queja formal ante el diplomático Tom Shannon, quien le dijo que la Argentina no es objeto del juicio en Miami y que eso se demostrará al conocerse la sentencia. Eso no tranquilizó al gobierno, cuyos vocerossalieron ayer a descalificar los dichos en el juicio con el mismo argumento que se usó el año pasado, sin mucha eficacia. Pesó más que el abogado de uno de los procesados dijese ayer que Antonini Wilson se vio en Casa de Gobierno con Julio De Vido y Claudio Uberti horas después de que le incautaran los u$s 800 mil y dirían que estaba "todo arreglado". El matrimonio presidencial -como ante otras crisis- se internará el fin de semana en El Calafate a la espera de que amaine esta nueva tormenta sobre el gobierno, que debería ensayar alguna reacción más eficaz.
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Ayer, se activó un circuito permanente entre Olivos, Casa Rosada y el Palacio San Martín para definir una estrategia de defensa ante las revelaciones conocidas durante el juicio que se desarrolla en Miami. Se mixturó el ataque a Antonini Wilson con el reproche a la Casa Blanca.
Como respuesta, al atardecer, el embajador de EE.UU. en Buenos Aires, Earl Anthony Wayne, aprovechó la recepción de Bienvenida del Consejero para Asuntos Comerciales, James Rigassio, para responder las críticas que a lo largo de todo el día dispararon los voceros oficiales. «Quiero enfatizar y enunciar en la forma más clara posible, que este caso no tiene que ver con las relaciones entre los EE.UU. y la Argentina, y no está dirigido contra las autoridades argentinas» dijo Wayne que, además, dijo «lamentar» las declaraciones de funcionarios argentinos.
«Los comentarios emitidos hoy sobre el caso» parecen «reflejar un malentendido sobre como funciona nuestro sistema legal y su grado de independencia operativa» precisó el diplomático.
Wayne se refirió, en concreto, al informe difundido por la Cancillería y a las declaraciones de Massa y Randazzo. El jefe de Gabinete cuestionó la legitimidad de Antonini Wilson, a quien trató de «delincuente»; Randazzo apuntó directamente al FBI, cuyas tareas de investigación -entre ellas escuchas y grabaciones- son la base de la causa que lleva la fiscalía.
A su vez, el Palacio San Martín objetó el «llamativo silencio» ante los reiterados pedidos de extradición del «valijero» y apuntó que «se manipulan dichos de la persona que ante todas las autoridades argentinas reclamó la propiedad de la valija, y ante autoridades estadounidenses ahora lo niega y que en otras informaciones aparece como también sospechado de cometer otros ilícitos en terceros países».
El eco del juicio en Miami tuvo, ayer, una primera consecuencia concreta: Cristina y Néstor Kirchner suspendieron la visita que tenían previsto hacer a Caracas para verse con Hugo Chávez, como escala previa de la presencia en EE.UU. para la cumbre anual de la ONU, a fin de setiembre.
Fue una reacción obvia: en Casa Rosada se consideró inoportuno aparecer junto a Chávez en medio de las imputaciones sobre la supuesta existencia de un pacto secreto entre Buenos Aires y Caracas para impedir que Antonini Wilson revele de dónde venían -y para quién eranlos fondos.
El comunicado de la Cancillería fue redactado por el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, desde hace años el dueño de la lapicera de los Kirchner.
«Claramente se intenta hacer aparecer como culpables a las autoridades que evitaron el ingreso ilegalde divisas a la República Argentina e inocentes a quienes violaron las leyes», precisa la nota. Antes de que se difunda el descargo oficial a través de la Cancillería, a coro, varios ministros expresaron las quejas del gobierno.
El jefe de Gabinete, Sergio Massa, aseguró que el venezolano Antonini Wilson es un «delincuente» que armó una grabación para imputar al gobierno argentino y cuestionó que se les dé «crédito» a sus dichos.
«Antonini debería rendir cuentas en un tribunal argentino en lugar de armar con el FBI una operación que intenta perjudicar al gobierno del país donde debe ser juzgado» aportó, a su vez, Randazzo.
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